lunes, julio 24, 2023

América Latina ha demostrado ser líder en la descarbonización de sus redes de energía



JLL la multinacional de bienes raíces lanzó la investigación, "Descarbonizando Ciudades y Bienes Raíces", que cubrió 32 ciudades globalmente y que ofrece una visión en profundidad de los instrumentos disponibles y más utilizados por las ciudades líderes a nivel mundial para la transición a cero neto y descarbonizar el sector de edificios.

La agenda global está marcada por temas muy diversos en este momento, el cumplimiento de los objetivos de descarbonización sigue estando entre los objetivos más relevantes a cumplir en los próximos años. Si bien las condiciones socio políticas en el norte global parecieran haber puesto en espera el cumplimiento de las metas, cada vez estamos más cerca de las fechas comprometidas y se requieren acciones y estrategias más robustas.

En el caso de Colombia. “La taxonomía de Colombia está en consonancia con los compromisos, estrategias y políticas climáticas delineadas por el gobierno colombiano, garantizando el cumplimiento de altos estándares de sostenibilidad ambiental internacional y aumentando la transparencia en estas inversiones. Esta taxonomía se basa en la de la UE, pero es única entre todas las taxonomías existentes debido a su enfoque distintivo en el uso de la tierra, en consonancia con la parte significativa de las emisiones que provienen de este sector - las actividades forestales, agrícolas y ganaderas son responsables del 59% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Colombia.”, explica el reporte.

La Taxonomía Verde de Colombia refleja los seis objetivos ambientales de la UE (1. mitigación del cambio climático, 2. adaptación al cambio climático, 3. uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos, 4. transición a una economía circular, 5. prevención y control de la contaminación, y 6. protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas), pero añade la gestión del suelo para un total de siete objetivos. La taxonomía colombiana también difiere de la de la UE en que no clasifica la energía nuclear y el gas natural como actividades verdes, lo que las hace inelegibles para la financiación verde, y también tiene un umbral más bajo para las emisiones globales del ciclo de vida en comparación con el de la UE, que especifica un rango de umbral para las actividades de gas natural que cumplen ciertas condiciones.

En otro contexto, y con otras necesidades, Latinoamérica también está en este camino. Con los mismos lineamientos, establecidos en el acuerdo de París, y también incorporando los objetivos de desarrollo sostenible instituidos por la ONU, se pueden identificar importantes estrategias en marcha cuando analizamos los mercados más importantes de la región.

Siguiendo las prácticas ya instauradas en mercados líderes en términos de sostenibilidad, algunos países latinoamericanos han replicado aquellas que resultan más eficientes. En términos generales, las taxonomías verdes sirven a los gobiernos para vincular el sector financiero con los planes y objetivos climáticos de su mercado. Estas políticas describen un enfoque estandarizado para la evaluación comparativa de las actividades sostenibles en una región con el fin de proporcionar claridad sobre qué actividades económicas son sostenibles y promover el flujo de capital hacia este tipo de inversiones. La primera taxonomía verde publicada por una autoridad gubernamental se desarrolló en 2015 en Francia y fue la que dio base a la Taxonomía de la Unión Europea, adoptada en 2020. Replicando esta acción, muchos países de América Latina han recurrido a taxonomías adaptadas a sus economías locales.

“Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en lanzar una taxonomía verde en abril de 2022, y México lo siguió en marzo de 2023. Estas taxonomías están sentando precedente para las economías emergentes y, en conjunto, ofrecen la oportunidad de definir lo que constituye una inversión sostenible, teniendo en cuenta tanto los objetivos climáticos como las características específicas de una región. Siguiendo el ejemplo, Perú, Brasil, Costa Rica y Chile han desarrollado cada uno una hoja de ruta de taxonomía, con Perú declarando un objetivo claro de adoptar una taxonomía local para 2025. A futuro queda pendiente evaluar la necesidad de la consolidación de estas acciones para el posicionamiento de la región en el contexto global.”, señaló, Mercedes Balmaceda directora Sustentabilidad GLA de JLL.

En el camino de la descarbonización la industria de la construcción resulta fundamental ya que los edificios representan el 41% de las emisiones de carbono del total del 60% que representan las ciudades. En este sentido los códigos de edificación son vitales para gestionar el accionar de los inversores. Se espera que la superficie construida solo en la región crezca un 65 % para 2050.

 Latinoamérica ya es una de las más urbanizadas del mundo, pues ha pasado de una tasa de urbanización del 62% en 1980 a más del 81% en la actualidad y se espera que alcance el 89% en 2050, pero gran parte de este crecimiento se ha producido sin una planificación adecuada. Esto ha provocado una expansión urbana intensiva en carbono y ha dado lugar a sistemas de construcción e infraestructuras especialmente vulnerables al riesgo climático. Casi todas las ciudades de las economías desarrolladas tienen objetivos fijados para descarbonizar los edificios, y la mayoría especifica algún tipo de objetivo operativo de neutralidad neta o climática para los edificios nuevos de aquí a 2030.

En cambio, la mayoría de las ciudades evaluadas en la región, incluidas en nuestro reciente informe, aún no han especificado objetivos tan ambiciosos para las nuevas construcciones. A diferencia de las economías desarrolladas, en las que el envejecimiento del parque inmobiliario es un reto fundamental, la construcción de nuevos edificios es esencial para las estrategias de las regiones en desarrollo como la nuestra. Dados los altos niveles de desarrollo necesarios en la región, abordar el carbono incorporado resultante de la nueva construcción debe ser un enfoque central para estas ciudades. Estas deben tratar de adoptar una construcción consciente del carbono, así como principios de construcción regenerativos y circulares que puedan mitigar los impactos negativos del nuevo desarrollo.

Los principios de la economía circular son fundamentales para las mejores estrategias inmobiliarias que tienen en cuenta el carbono a lo largo de toda la vida. Asimismo, los gobiernos locales están poniendo en marcha iniciativas en toda la ciudad para garantizar que estos principios estén presentes en sus jurisdicciones. De la misma manera, la descarbonización de la red eléctrica será crucial para el cumplimiento de metas. Se estima que la demanda de energía en América Latina crecerá una media del 2% anual hasta 2040. Este crecimiento de la demanda energética va de la mano de las proyecciones de crecimiento económico continuo.

 “Es importante mencionar en este caso que, mientras que algunas economías desarrolladas todavía están luchando para hacer los avances necesarios en la descarbonización de sus redes de energía, América Latina ha demostrado ser líder en este espacio. En toda la región, las energías renovables representan alrededor del 25% de su fuente de energía, por encima del 20% de representación que podemos encontrar en EE.UU., solo como un ejemplo.”, dijo Balmaceda.

 En definitiva, dado que las ciudades se encuentran en diferentes puntos de su viaje hacia la descarbonización, el intercambio de experiencias, la colaboración y las asociaciones entre organizaciones son herramientas eficaces para que los gobiernos municipales aceleren la descarbonización de sus edificios y cumplan sus objetivos climáticos. Las decisiones relativas al entorno construido deben plantearse a lo largo de décadas y, dado que muchos responsables locales pretenden materializar sus compromisos climáticos en el mismo plazo, deberían considerar a los propietarios, promotores, inversores y ocupantes de inmuebles como socios a largo plazo.

 El sector inmobiliario reúne la experiencia, los recursos y el interés de las partes interesadas a largo plazo necesarios para establecer asociaciones bien fundadas con los gobiernos municipales centradas en la responsabilidad y el beneficio mutuo. “Muchos gobiernos locales ya están aprovechando el compromiso de este grupo de partes interesadas para impulsar los objetivos de desarrollo sostenible de su ciudad.”, puntualizó Balmaceda.

“Pueden encontrar más información en nuestro último informe sobre el liderazgo de las ciudades más importantes de la región en la implementación de estrategias de descarbonización, cómo se incorporan en el contexto global, y el rol fundamental de los diferentes actores como los ocupantes, inversores, entes reguladores y gobiernos.”, concluyó Balmaceda.