Por Fernando Silvestre
Country manager Colombia, Ecuador y Centroamérica de Neoris.
Country manager Colombia, Ecuador y Centroamérica de Neoris.
A medida que la pandemia continúa expandiéndose a nivel
mundial, así mismo las empresas comienzan a notar que no tienen la suficiente
data para entender los problemas derivados de la crisis y tomar decisiones de
manera inteligente.
En estas nuevas circunstancias tan críticas, el análisis de
datos se ha convertido en una práctica común para extraer información valiosa
que puede ayudar a desarrollar flujos de trabajo basados en procesos y
–finalmente-, obtener decisiones predictivas. Decisiones impulsadas por datos.
Es aquí donde la narración de historias –conocida en inglés
como storytelling-, convierte los conjuntos de datos en narraciones
significativas y ricas en imágenes, que ayudan a guiar las decisiones
comerciales.
Sin embargo, en la práctica las cosas son diferentes, pues
las organizaciones carecen del conjunto de habilidades para contar historias.
Una cosa es tener la data organizada, analizada y procesada mediante sistemas
de Big Data y otra muy diferente es tratar de transmitir los resultados de su
análisis mediante narrativas relevantes, visuales y en contexto para tomar
decisiones de manera más comprensible, ajustada al lenguaje humano.
¿Cómo es eso posible? Por su naturaleza, el storytelling
permite a aquellos miembros de equipo que dominen la narración de historias
transmitir su sabiduría a través de narrativas extraídas de conjuntos de datos.
Me explico con ejemplo: a medida que el Covid-19 se extendió
por todo el mundo, así mismo surgió una enorme cantidad de datos: Número de
pacientes infectados, período de incubación, propagación del virus, tasas de
recuperación, UCIs disponibles e incluso
el número de profesionales de salud dispuestos a atender la emergencia.
Todos estos datos condujeron a una misma verdad: a menos que
los ciudadanos tomaran distancia social unos de otros, los sistemas de salud
colapsarían y muchas personas morirían. Fue el análisis de datos detrás del
brote lo que permitió contar una historia capaz de producir cambios sísmicos en
el comportamiento de los sistemas y sociedades al punto que los gobiernos
–luego de su análisis-, concluyeron que lo mejor era ‘quedarse en casa’.
Pues bien, esa capacidad de tomar los datos para
comprenderlos, procesarlos y extraer valor de ellos mediante narrativas
posteriores es una habilidad que no solo puede aplicarse a problemas sanitarios
de escala global, sino que debería explotarse en las organizaciones modernas.
Al reunir estas variables y conjugarlas con el talento de
nuestros narradores y las tecnologías de analítica, las organizaciones pueden
ser capaces de abstraer la data y los hallazgos y convertirlos en una historia
potente capaz de cambiar el rumbo del negocio.
Recordemos que los datos son solamente una colección de
números hasta que se convierten en una historia. De nada sirve contar con
numerosos tableros de control y estadísticas si no es posible extraer su
conocimiento y convertir los datos en información accionable para la tomar de
decisiones.