El universo de la mesa atraviesa una metamorfosis en el país. De acuerdo con Bonafide Research, el mercado de vajillas colombiano fue valorado en más de USD 290 millones en 2023, empujado por una clase media cada vez más robusta, un ingreso disponible al alza y la búsqueda de piezas que combinen funcionalidad con diseño. Pero el cambio más trascendental se da en el comercio electrónico, para 2025 las ventas online de vajillas superarán los USD 14,4 millones, una cifra que equivale al 6,1% de todo el rubro de artículos para el hogar que se mueve por Internet.
El dato refleja que el plato, el bowl y los mugs abandonaron su rol meramente utilitario para convertirse en un recurso estético y de storytelling. “La vajilla transmite personalidad tanto en los negocios como en el hogar. Materiales, texturas y colores son clave para contar una historia en cada comida”, afirma Mariana Ossa, jefa de la línea Hogar de Vajillas Corona. La ejecutiva subraya que el consumidor valora hoy un equilibrio entre calidad y narrativa visual, razón por la cual las colecciones lanzadas por la marca, desde colaboraciones con artistas como Viviana Grondona hasta líneas inspiradas en El Principito o Stitch, se agotan con rapidez en los canales digitales.
El auge turístico de ciudades como Medellín y Cartagena también ha empujado la tendencia. Restaurantes boutique y cafeterías de especialidad curan sus mesas con vajillas que luego el comensal quiere replicar en casa. Así, la experiencia gastronómica se extiende más allá del local y consolida la vajilla como pieza aspiracional. En paralelo, subastas de sets de edición limitada, algunos enchapados en oro y subastados en las galas del Museo de Arte Moderno de Bogotá, legitiman estos objetos como auténticas obras de arte.
El boom del e-commerce hizo el resto, habituados a comprar por Internet, los consumidores descubrieron que la vajilla puede ser tan personal y expresiva como la moda. Influencers y cursos de “mesa puesta” multiplican esa idea, enseñando a combinar colores, alturas y texturas para transformar cada comida en un momento memorable.
Hoy escoger un juego de platos significa reflejar estilo de vida y valores. Un almuerzo cotidiano puede sentirse especial con la pieza adecuada, mientras que una cena en casa adquiere la atmósfera de un restaurante si el montaje se cuida al detalle. Con la demanda disparada y el canal digital en plena efervescencia, todo apunta a que la revolución de la vajilla apenas comienza, pieza a pieza, click a click, en la mesa colombiana.