miércoles, junio 07, 2023

Radiografía de los pagos digitales en América Latina, ¿Cómo va Colombia?



América Latina es diversa en términos de desarrollo tecnológico. Algunos países están a la vanguardia en términos de innovación y adopción tecnológica, mientras que otros enfrentan mayores desafíos. PIX en Brasil, las transferencias 3.0 y el QR en Argentina, el modelo de cuatro partes en Chile, Tap to Phone en Perú y los dispositivos como mPOS y SmartPOS en México, Colombia y Paraguay, son algunos de los medios y tecnologías de pago que están presentes en la región, con distintos niveles de adopción y desarrollo en cada uno de ellos.

El orden de los factores suele cambiar el resultado. Ningún proceso es igual. Y mucho menos en un sistema tan complejo como el de los pagos digitales, donde influyen aspectos tecnológicos, sociales, impositivos, regulatorios, de usos y costumbres.

Arturo Ramos, Business Head de Región Andina de Geopagos., con relación a la infraestructura de aceptación de pagos de Latam, comenta que “la región es uno de los escenarios más destacados del crecimiento de los pagos digitales y las compras online. Con marchas y contramarchas, en apenas una década, millones de personas se volcaron masivamente a los pagos con tarjeta, QR o transferencias. Y miles de comercios accedieron a soluciones para aceptar pagos. Especialmente los mPOS y SmartPOS, que ampliaron su capacidad para concretar más ventas”

Según AMI (American Market Intelligence) 2023, es el primer año que América Latina presenta una menor proporción de efectivo y mayor proporción de pagos digitales en todo el universo de pagos, incluyendo ecommerce y retail. Hoy el efectivo representa el 45% de los pagos de retail en las principales economías de LATAM (vs el 70% en 2020). (Sacando Brasil, el efectivo en el resto de Latam aún ocupa un 53%).

“Las opciones digitales para aceptar pagos que se sumaron en el último tiempo democratizaron el comercio y mejoraron las finanzas de pequeños y medianos emprendedores a partir del aumento en sus ventas. En cada país se desplegó un proceso diferente para enfrentar un desafío común: reemplazar el uso del efectivo”, agregan Arturo Ramos desde Geopagos.

        México es la principal economía mundial de habla hispana, con una población de 126 millones de personas. Durante décadas, el efectivo fue el refugio de confianza de los mexicanos. En 2023, según AMI, si bien el efectivo se sostiene como principal medio de pago lo hace en un 66% (en 2021 era de un 90%), frente a un 26% de tarjetas y 8% de medios de pago alternativos. El quiebre lo provocó el crecimiento de las terminales POS de aceptación de pagos, tanto los mPOS (conectados al celular) como los SmartPOS, que se diseminaron con gran velocidad en todo el territorio. Lo curioso del fenómeno fue que estos dispositivos son colocados tanto por jugadores tradicionales como BanBajio, Fiserv, como los no tradicionales, fintechs como Ualá. En este país se buscó replicar la tendencia del QR a partir de la aplicación del CODI (Cobro Digital), el cual está distribuido entre distintos agentes de la industria, pero no ha crecido aún como se esperaba.

        Brasil: más allá del crecimiento vibrante del ecosistema fintech, fue una iniciativa del Estado la que terminó de definir la fisonomía de los pagos digitales en la economía más grande del continente. En noviembre de 2020, el Banco Central de Brasil estrenó Pix, un sistema de pago en tiempo real cuyo objetivo era ampliar las opciones de pago de la población y sobre todo facilitar la interoperabilidad entre los diferentes actores de la cadena: cualquier banco o fintech se puede subir al sistema. En poco tiempo, Pix cambió todo, y cerró 2022 con más de 24 mil millones de transacciones, un promedio de 66 millones de operaciones diarias, para convertirse en el principal medio de pago del país. Los pagos en PIX son sobre todo cotidianos: en cualquier playa de Río de Janeiro, Recife o Fortaleza se puede pagar un milho, una caipirinha o un queijo con Pix. Los vendedores ambulantes o pequeños comercios simplemente necesitan un celular y una cuenta bancaria.

        Argentina: el dinero se mueve a la velocidad de la luz. A diferencia de la mayoría de los países de la región, durante los últimos 15 años, el país sufre los males de la inflación. En 2023, se encamina a superar el 100% anual. Si bien el efectivo sigue teniendo una fuerte presencia, el crecimiento de fintechs disruptivas y nuevas iniciativas de los bancos ampliaron las posibilidades de pago para los argentinos. Empujado por el Banco Central se implementa el sistema de pagos Transferencia 3.0, el cual mediante la interoperabilidad de códigos QR facilita las transacciones entre los actores del ecosistema financiero reemplazando en gran medida a las transacciones en billetes o con cheques físicos.

        Colombia: aunque la preferencia de los colombianos sigue siendo el pago en efectivo, se ha presentado un creciente interés por los pagos digitales, según datos compartidos por el Banco de La República, las transferencias electrónicas pasaron del 2.7% en 2019 al 12,6% en 2022. Se busca seguir aumentando este fenómeno a partir de la iniciativa que impulsa el mismo banco con la creación de un Sistema de Pagos Inmediatos (SPI) y de la que alienta la Superintendencia Financiera de Colombia para que las billeteras digitales y las apps bancarias sean interoperables, a través del código QR. Adicional a esto, Colombia se ha posicionado como un referente en el sector Fintech en América Latina, sólo superado por Brasil y México. Gracias a la innovación y la tecnología, los colombianos cuentan con nuevas alternativas de pago que les ofrecen rapidez y seguridad, panorama que seguramente seguirá aportando el crecimiento de los pagos digitales frente a los métodos tradicionales.

        Perú: la rápida digitalización del mercado de pagos proviene de la reciente interoperabilidad de las aplicaciones Yape y Plin, aunque este mercado es también la punta de lanza de una de las soluciones de pagos más disruptivas dentro de los países de la región de habla hispana: Tap To Phone. Esta tecnología convierte a un Smartphone en una terminal de pagos para aceptar tarjetas de débito o crédito. Según sus propios datos, alrededor del 50% de las transacciones de Visa en la región se realizan sin contacto, tanto en teléfonos celulares como en terminales POS. La clave de ambas tecnologías es el  NFC (Neaf Field Communication), que permite la comunicación sin contacto entre una tarjeta y un dispositivo.

        Chile: es uno de los mercados con mayores índices de bancarización y penetración de los pagos digitales. La nueva Ley Fintech y la regulación del modelo de cuatro partes en 2021, que separó la figura de la entidad emisora del adquirente, revolucionó al ecosistema y permitió que más jugadores ofrecieran opciones de aceptación de pagos a los pequeños comercios y emprendedores. Además, impulsó la competencia y la adopción de soluciones de pagos móviles y contactless, brindando mayor comodidad y flexibilidad tanto para los consumidores como para los comercios.

        Paraguay: la caída del uso de efectivo se dio a través de dos tecnologías principalmente: las transferencias digitales y la diseminación de POS. En el último tiempo se contabilizaron 29,1 millones de transacciones realizadas con tarjetas de crédito, de las cuales poco más del 90% corresponde a las compras realizadas con POS. En contrapartida, durante el último año se habían dado solamente 21,5 millones de operaciones con plásticos, entre las compras con POS y las de internet, con lo cual se evidencia una variación interanual de alrededor de 35% concretada el año pasado.

“El dinamismo de los pagos digitales en la región presenta grandes oportunidades para la competencia y la innovación. Pero como se ha visto, no basta con la tecnología. Las especificidades culturales y regulatorias de cada mercado requieren estar en el terreno para ofrecer lo que prefieren tanto comerciantes como consumidores. La carrera recién está empezando”, agrega la fintech que está transformando la experiencia de venta en la región a través del desarrollo de soluciones de aceptación de pagos.