Situaciones inesperadas, como la pandemia, han generado un impacto profundo en la vida cotidiana de millones de personas alrededor del mundo. Esta nueva realidad ha llevado a replantear hábitos, necesidades, intereses y prioridades, tanto a nivel personal como laboral.
En el ámbito laboral, hemos sido testigos de un cambio
significativo en las preferencias de las personas. Según una encuesta reciente
de LinkedIn sobre tendencias globales de selección, el 63% de los encuestados
consideran que la conciliación, los beneficios y la flexibilidad son aspectos
más importantes a la hora de aceptar un trabajo, incluso por encima del
salario, que solía ser el factor prioritario durante años.
Este cambio de mentalidad refleja la importancia que las
personas dan ahora a su bienestar integral. Han comprendido que no se trata
solo de ganar dinero, sino de encontrar un equilibrio entre su vida profesional
y personal. El trabajo ya no es solo una forma de subsistencia, sino una parte
integral de su identidad y calidad de vida.
Nueva realidad
Las organizaciones han comenzado a adaptarse a esta nueva
realidad, reconociendo que para atraer y retener talento, deben ofrecer modelos
de beneficios, reconocimiento, desarrollo, plan de carrera, desafíos,
aprendizaje y ambiente laboral. Compañías de diversos sectores están
implementando horarios flexibles, trabajo remoto, políticas de licencias parentales,
programas de bienestar y otros beneficios orientados a construir una propuesta
de valor al colaborador.
En la actualidad, el dinero ya no es el único factor
determinante para aceptar un trabajo. Cada vez más personas consideran otros
aspectos, como el propósito alineado con su propia visión y los valores de la
compañía, así como la calidad de la experiencia laboral. El salario emocional,
entendido como aquel conjunto de beneficios y valores que van más allá del
sueldo monetario, se ha convertido en un factor clave para atraer y retener
talento en las empresas.
Las personas buscan un propósito alineado con su vida
personal y profesional, así como un equilibrio emocional y el desarrollo de sus
habilidades. Además, valoran sentirse parte de la compañía, reconocidos por su
desempeño y trabajar en equipos colaborativos. Estos factores conforman el
salario emocional, que se ha vuelto esencial para atraer y retener talento.
La importancia de la inclusión
Es crucial que la experiencia del empleado o colaborador
sea vista desde una perspectiva inclusiva. Esto implica que todas las personas
se sientan parte de la organización y sean incluidas en todos los procesos,
desde la generación de conciencia sobre la empresa, la atracción del talento,
la fidelización y hasta en los procesos de onboarding. La diversidad y la
inclusión deben ser consistentes en la cultura, con los líderes y en el día a
día del trabajo.
Los procesos de selección también han experimentado cambios
significativos. Ahora, no solo el reclutador realiza preguntas, sino que los
candidatos también tienen la oportunidad de hacer las suyas. Estas suelen estar
relacionadas con el ambiente de trabajo, el liderazgo y las responsabilidades
del puesto. Los candidatos buscan comprender cómo será su experiencia laboral
completa y evaluar si el propósito de la compañía se alinea con el suyo.
Implementación adecuada del salario emocional
La implementación adecuada del salario emocional requiere
una estrategia sólida, discutida y trabajada con todos los equipos de la
empresa. Debe formar parte de la cultura organizacional.
Los beneficios más valorados pueden variar según la
organización y los empleados. Algunos colaboradores pueden apreciar más la
flexibilidad horaria y la posibilidad de trabajar de forma remota, mientras que
otros pueden valorar más las oportunidades de capacitación y crecimiento
profesional.
“Es fundamental que las organizaciones realicen encuestas de
satisfacción y escuchen activamente a sus colaboradores para identificar qué es
lo más importante para ellos en su trabajo. Esto les permitirá ajustar sus
programas de salario emocional y beneficios laborales para satisfacer las
necesidades y expectativas de su talento”, asegura Gabriela Arreal, People
Happiness Manager de Buk.
Además, es relevante destacar que los beneficios laborales
no deben ser estáticos, sino que deben evolucionar con el tiempo. Las
organizaciones deben estar atentas a las tendencias y necesidades cambiantes de
los colaboradores y adaptar sus programas de beneficios en consecuencia.
El salario emocional y los beneficios laborales son
aspectos clave para atraer y retener talento en las organizaciones. Al
proporcionar un entorno de trabajo gratificante y valorar a los colaboradores
más allá del sueldo monetario, las organizaciones pueden fomentar la felicidad,
la productividad y el compromiso de su talento.
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