Los neobancos son un fenómeno relativamente
nuevo en el mundo bancario. El primer neobanco, Monzo, se lanzó en 2015 en el
Reino Unido. Desde entonces, se han extendido rápidamente por Europa,
Norteamérica y más recientemente en Latinoamérica.
Pero ¿qué son exactamente los neobancos? En términos simples son instituciones financieras altamente tecnificadas que ofrecen servicios 100% digitales. Esto significa que no tienen sucursales y que sus usuarios pueden hacer todos sus movimientos en línea o a través de una aplicación móvil, de manera automatizada.
En otras palabras, los usuarios de los neobancos pueden abrir una cuenta, transferir dinero, realizar pagos o invertir en algún instrumento financiero, entre otras acciones, sin la necesidad de visitar una sucursal.
“De igual forma, esta característica de no tener sucursales físicas les ha permitido a los neobancos operar con menos dinero que la banca tradicional. Y esta ventaja en su modelo de negocio se ha traducido en menos comisiones para sus clientes”, señaló Tory Jackson, Head Of Business Development and Strategy para LATAM en Galileo Financial Technologies.
Incluso, algunos neobancos otorgan rendimientos de hasta 7% en cuentas de inversión, un beneficio que la banca tradicional no suele otorgarle a sus usuarios.
“Pero no todas son ventajas. De hecho, en su informe titulado ‘¿Qué son los neobancos y por qué debemos prestarles atención?’, la Federación Latinoamericana de Bancos, Felabán, hace hincapié en algunas cuestiones que deben considerarse antes de decantarse por algún neobanco, según su perspectiva”, añadió Jackson.
Por ejemplo, la Felabán señala que, dado que algunas de estas instituciones financieras no son formales, algunos de los depósitos que ahí se hacen no están sujetos a seguros, lo que genera incertidumbre en el usuario final.
Por otro lado, en el mismo informe se destaca que, debido a que algunos neobancos no están sujetos a inspecciones formales, pueden ser susceptibles de problemas en materia de ciberseguridad, protección de datos personales e incluso quiebras.
Sobre este tema, el de la regulación, la Ley Fintech (aprobada por el senado en 2018) sentó las bases en México para la regulación de las instituciones de tecnología financiera.
Sin embargo, según señala Miranda Partners en su informe ‘Miranda’s Guide to Mex FinTech’, la aplicación de esta ley ha sido lenta y en la actualidad algunos neobancos continúan operando bajo el Artículo Octavo Transitorio.
En México, al igual que en otros países de Latinoamérica, cada vez son más los neobancos (entre otras instituciones financieras tecnológicas) que ofrecen servicios y se espera que esta tendencia continúe.
Particularmente en Brasil (líder del sector en la región por número de usuarios e instituciones financieras de este tipo) México, Argentina y Colombia, el ecosistema Fintech ha mostrado cada vez más dinamismo y no muestra señales de debilitamiento.
“De hecho, las naciones de la región con mayor concentración de startups de fintech en Latinoamérica son Brasil, México, Argentina y Colombia, de acuerdo con Statista. Además, es de resaltar que México y Brasil aglutinan el 85% del valor de las inversiones de capital de riesgo en iniciativas de este tipo, según señala la empresa de análisis”, dijo el directivo de Galileo.
Por otro lado, en el caso particular de México, se proyecta que este año existan 46,6 millones de usuarios fintech de pagos digitales, de acuerdo con Statista. Además, otros segmentos del sector que han mostrado fortaleza son los de inversiones digitales y préstamos alternativos, los cuales también han crecido en número de usuarios, en los últimos años.
Por lo antes descrito y, aunque el camino de la regulación parezca accidentado, el crecimiento de los neobancos y en general del sector Fintech es un hecho. Tan es así que se proyecta que este ecosistema llegue a los 380 millones de usuarios para 2025 tan solo en Latinoamérica, según cifras de Statista.