En la era digital -con avances tecnológicos que transforman la manera en que se realizan las transacciones financieras- los debates sobre el uso del efectivo, su utilidad y permanencia en el tiempo han aumentado. Si bien algunos reportes aseguran que el porcentaje de billetes y monedas en circulación ha disminuido en los últimos años, también hay evidencia amplia sobre su crecimiento e importancia para la economía, especialmente en países como Colombia.
El reciente estudio
“Dinámica del gasto en Colombia”, realizado por Raddar, retrata este panorama.
Según el estudio, por un lado, el gasto de los hogares decrece en términos
reales -2.74% a mayo, donde canastas como Alimentos es la más impactada con
-4.32%, a pesar de que los hogares destinan hoy un 22% más de recursos que en
mayo del 2019. Casi la mitad del gasto de los hogares colombianos está
destinado a las canastas de Vivienda (25.36%) y Alimentos (23.78%). Según el
reporte, en estas canastas el efectivo continúa siendo el medio de pago
preferido, por encima del 95%. Así, aunque el efectivo ha venido perdiendo peso
en el gasto de los hogares, continúa siendo de lejos el medio de pago con mayor
participación (86%) y el más usado (95%), además de ser el que más aporta al
gasto.
Por otro lado, el
estudio refleja que los medios digitales, tanto débito como billeteras, vienen
ganando participación y creciendo, pero hoy solo representan el 4%. Contrario a
lo que se pudiera pensar, en las generaciones jóvenes, como los centennials, el
efectivo es casi “la única opción de pago”, con una participación del 98%. En
los canales de venta preferidos por las personas, como tiendas de barrio o
vendedores ambulantes, el efectivo se usa en más del 99% de las transacciones.
Incluso los clientes de los canales como el hard discount, que han tomado tanta
relevancia en los últimos años y que han cambiado la dinámica del retail,
prefieren el dinero en efectivo. Internet es el canal donde el efectivo tiene
un menor peso, pero es mayor al 65%.
Adicionalmente el
estudio explica que una de las principales razones por la que el efectivo sigue
siendo el medio favorito de pago es por la sensación de seguridad
Estos datos sin duda
son relevantes ya que una parte significativa de la población colombiana
todavía depende del efectivo para llevar a cabo sus transacciones diarias. De
acuerdo con un estudio sobre Pymes realizado por Invamer, el efectivo es el
segundo medio de pago más aceptado por este tipo de empresas, con 54%, y solo
superado por la transferencia bancaria, aceptada por el 100% de los
encuestados. Y como se evidencia en el estudio de Raddar, el efectivo es el
medio con mayor participación en el gasto de los hogares del país, que incluyen
canastas de primera necesidad como alimentos, vivienda y educación.
Así, según Raddar, el
uso de efectivo predomina en los canales tradicionales, como tiendas de barrio,
que tienen baja oferta de datáfonos u otros medios de pago digitales y que
permiten dinámicas de regateo o rebaja. Esto revela que, en muchos casos, los
colombianos pueden preferir el dinero físico porque fomenta el acceso a
servicios básicos y oportunidades económicas, aunque ni ellos ni los vendedores
que frecuentan tengan internet o métodos de pago digitales.
Otros factores pueden
incidir en que el efectivo se mantenga como el principal medio de pago en el
gasto de los hogares colombianos. Por un lado, aunque las transacciones
digitales pueden ser convenientes, también plantean preocupaciones en términos
de seguridad cibernética y seguimiento de los datos personales, por lo que
muchos colombianos aún no quieren depender completamente de la digitalización.
De este modo, se hace
evidente que el efectivo es un instrumento que facilita la participación en la
economía y en el consumo, especialmente en países como Colombia, con brechas de
ingresos importantes, y que puede aportar en los gastos básicos de hogares y
negocios, además de ofrecer libertad financiera a las personas. Además, se
puede concluir que los comercios tienden a preferir el dinero en efectivo ya
que es más económico que el pago a intermediarios financieros; además se
constituye en una solución concreta ante posibles imprevistos que puedan
paralizar las transacciones electrónicas como pueden ser apagones, caídas de
sistemas de información y comunicación, o desastres naturales, y finalmente es
un medio rápido de compra y ofrece anonimato.
Aunque los medios de pago digitales pueden seguir creciendo y la digitalización debe fortalecerse, los billetes y monedas se mantendrán como un insumo relevante y útil para la población del país, siendo así complementarios entre todos los medios de pago para el beneficio de los colombianos.