El cierre del año se aproxima y, con este, las empresas evidencian la importancia de una gestión fiscal y contable precisa, para garantizar la eficiencia y generar valor a sus grupos de interés.
Claudia Camargo, socia líder de Impuestos y Servicios de Outsourcing en la firma de consultoría BDO en Colombia, destaca la relevancia de este ejercicio en las decisiones estratégicas empresariales, pues evidencia la contribución de las compañías a sus accionistas y al país.
“La información contable y tributaria es parte fundamental del desarrollo de cualquier tipo de negocio. Sabemos que la contabilidad permite dar información a terceras partes que tienen interés, no solo como proveedores, sino como clientes y aliados estratégicos. Desde el punto de vista fiscal esto permite medir cuál es la contribución que genera una empresa al país, a través del cumplimiento de sus obligaciones”, señala.
En este sentido, en lo corrido de 2023 hubo transformaciones normativas que han impactado significativamente a las organizaciones, influyendo directamente en la gestión fiscal y contable. “Fue un año bastante particular dado que se presentaron muchos cambios normativos, no sólo de tipo tributario, sino también aspectos de cumplimiento en nuevas regulaciones, entre ellos, cambios en la determinación del impuesto sobre la renta (nueva Tasa mínima de Tributación), así como variación en la tributación de los dividendos, nuevos obligados a facturar electrónicamente y cambios en el reporte automático del documento soporte, entre otros”, puntualizó.
A partir de este contexto, Claudia Camargo de BDO en Colombia, formula seis recomendaciones para la preparación del cierre contable y fiscal:
1. Identificar partidas contables que tengan una antigüedad mayor a un año, y que por esto requieran un análisis específico para determinar sus posibles ajustes o validaciones antes del cierre.
2. Conciliar las cuentas contables permitiendo tener claridad de sus saldos en un periodo previo al mes de diciembre.
3. Identificar con la gerencia transacciones o actividades que puedan impactar el último trimestre del año y que deban analizarse en conjunto para identificar oportunamente cualquier cambio.
4. Identificar los cambios, no solo en aspectos tributarios, también en aspectos normativos o de cumplimiento que deban ser considerados como actividades anuales para considerar en el calendario de trabajo.
5. Desarrollar un calendario de trabajo que identifique a todas las partes involucradas (compañía, outsourcing, nómina, área legal, revisor fiscal, auditor, entre otros) que permita estar a tiempo y planificar de mejor manera los tiempos para la temporada de cierre.
6. Por último, para aspectos tributarios, considerar detenidamente los cambios y si es posible anticipar cálculos preliminares para los meses de octubre o noviembre que eviten sorpresas tributarias en los estados financieros definitivos.
Claudia Camargo, socia líder de Impuestos y Servicios de Outsourcing, explica que las sanciones por incumplimiento a los requisitos fiscales y contables varían dependiendo de la entidad receptora de las obligaciones, agregando que dichas multas no son siempre impuestas al momento del incumplimiento y pueden ser pagadas voluntariamente.
“Las sanciones se dan cuando no se reciben a tiempo o de la manera adecuada. Es importante identificar anticipadamente los reportes y obligaciones que se tienen con el fin de considerarlos en el calendario de trabajo previamente organizado. Clave tener presente que muchas obligaciones de cumplimiento cambian dependiendo de parámetros de crecimiento en ingresos, activos o empleados y es una información que solo el equipo contable y/o legal pueden monitorear en cuanto a su cumplimiento”, asegura.
Por último, la gestión fiscal y contable eficiente en el cierre de año no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también se convierte en un aspecto importante para la toma de decisiones acertadas y oportunas. “Las empresas que logren ejecutar este proceso de manera efectiva se posicionan para un inicio exitoso en el próximo año”, concluye