H#DontCrackUnderPressure,
el lema de TAG Heuer, adquiere una relevancia máxima en el arriesgadísimo mundo
de las carreras terrestres de velocidad. Batir un récord de velocidad terrestre
no es algo que suceda cada día, y aún menos cuando lo consigue una motocicleta
homologada impulsada por la turbina a reacción de un helicóptero Augusta 109A.
Zef Eisenberg, el piloto, un coleccionista de relojes TAG Heuer de gama alta,
comparte con la Manufactura la pasión por la excelencia en la ingeniería, una pasión
que le llevó a diseñar una motocicleta impulsada por una turbina
"desnuda" que él y su equipo diseñaron en la pequeña isla de
Guernsey, cuyo límite de velocidad es irónicamente de tan solo 60 km/h.
Así
lo explica Zef: "Tras hacer que la motocicleta pasara de 361,94 km/h a
363,06 km/h en el primer intento del día, mejorar las velocidades empezó a
convertirse en una tarea extremadamente difícil, al sufrir fuertes ráfagas de
viento de costado. Realizar aumentos de tan solo 1 km/h parecía misión imposible,
debido a la enorme resistencia del viento a esas velocidades al no llevar
carenado. El dolor físico para aguantar la postura era intenso, con el manillar
recto y los brazos fuera de posición, haciendo de paracaídas. Al final del día,
la meta de los 367 km/h aún se nos resistía. A las 5 de la tarde paramos para
comer un poco y reflexionar.
El
equipo se pasó el resto de la tarde examinando el registro de datos de la
motocicleta para ver dónde había margen de mejora. Llegamos a la conclusión de
que necesitábamos otros 100 CV para ganar tan solo 10 km/h, ya que el
coeficiente de arrastre (Cd) de la motocicleta era de aproximadamente 0,9, que
es tres veces superior al de una motocicleta con carenado deportivo como la
Suzuki Hayabusa, que es de 0,35. Decidimos incrementar al máximo el flujo de
combustible en la turbina y también la refrigeración por agua y metanol para
maximizar el flujo. Los parámetros de seguridad se llevaron al límite (corte
automático en la turbina) para garantizar que dispondríamos de la máxima
potencia sin renunciar a la seguridad.
El
domingo amaneció con fuertes vientos y una ligera lluvia, pero no nos
molestaba, ya que la motocicleta estaba ahora perfectamente preparada para esas
condiciones. Las velocidades empezaron a mejorar con una lentitud exasperante,
así que decidimos que en la siguiente ronda nos lo íbamos a jugar el todo por
el todo. Literalmente aguanté con todas mis fuerzas y digas al máximo, y así
logré alcanzar una nueva y alucinante velocidad punta de 372,56
km/h con una motocicleta Streetfighter recta sin carenado ni manillar de motocross.
No
te puede imaginar el alivio que sentimos todos. Ahora estamos a tope de
confianza. La motocicleta estaba mostrando un comportamiento excelente, como un
tren bala impulsado por turbina. El registrador de datos y los sensores de par
mostraban valores sobre los 650,8 N·m en
la turbina, picos regulares de 1491,4 N·m en el neumático trasero y 542 CV, que
curiosamente es una cifra que supera en más de 100 CV a cuando el pasado agosto
logramos alcanzar una velocidad punta de 361,94 km/h. Nunca antes la ley de la
física que dice que para doblar la velocidad necesitas multiplicar por 8 la
potencia se había hecho tan palpable.