Este es un momento crucial para que los países se
centren en mejorar la estabilidad de sus sistemas bancarios, especialmente los
mercados emergentes como América Latina, considera el experto en banca, Randall
Kroszner, actualmente profesor de economía en la escuela de negocios de la
Universidad de Chicago, ex encargado de la Reserva Federal de los Estados
Unidos y ex alto ejecutivo de múltiples agencias reguladoras.
El profesor Kroszner puntualiza que existen dos
grandes temas para el debate: uno es el impacto general que los bancos
centrales de los países desarrollados, como los Estados Unidos, tienen sobre
las economías de América Latina en general. “El otro problema es determinar
dentro de todo el espectro de las diferentes economías de América Latina cómo
se verá afectado cada país, ya que una misma medida no se adapta a todos",
agrega.
Explica que hay contrastes, por ejemplo, entre países
como Colombia, donde el sistema bancario es sólido, y naciones como Brasil,
donde la situación es menos estable. Según Kroszner, "Brasil tiene más
desafíos por el tema de la inflación. El impacto va a ser diferente allí, por
lo que países como Brasil deben tratar de bajar sus niveles de inflación”.
La normalización de la economía de los Estados Unidos
y el fortalecimiento del dólar puede provocar un aumento de la demanda de
exportaciones de América Latina. Sin embargo, como la política monetaria
también tiende a normalizarse, se puede esperar un aumento gradual de las tasas
de interés en los EE.UU., lo que podría traer salidas de capital en algunos
países de la región.
"Las consecuencias variarán según la fortaleza de
las políticas macroeconómicas y los sistemas bancarios de cada país",
señala Kroszner. "Los que tienen políticas sólidas encontrarán mayores
beneficios que costos mientras que en los países con una política
macroeconómica más cuestionable y menos solidez en la banca y sus sistemas
financieros, podrían presentar complicaciones a medida que las tasas de interés
en EE.UU. suban”.
Kroszner señala que la clave está en las medidas que
las economías latinoamericanas puedan tomar para mitigar la turbulencia.
Menciona que "lo que pasó hace un año con el llamado Taper Tantrum (una
especie de rabieta por la reducción paulatina de liquidez) lanzó una
advertencia, dejando al descubierto las preocupaciones que tienen los mercados
por la debilidad de países con una inflación relativamente alta y altos
déficits fiscales. Esperemos que tengan tiempo de implementar reformas
fiscales. Los países deben seguir los buenos pasos. Colombia es un buen ejemplo
a seguir”.
Una de las áreas de especialización e interés de este
experto es la economía política. Según Kroszner "se debe entender el
proceso político y sus fortalezas para comprender cuáles son las mejores
políticas financieras para cada país. Los bancos deberían hacer presión sobre
los políticos para mejorar las políticas macroeconómicas. Desde el año pasado,
está muy claro dónde será más grande la turbulencia y qué se necesita para
reducirla”, afirma.
Considera que los banqueros de América Latina deben
centrarse en la mejora de la gestión de riesgos e insiste en la necesidad de
presionar a los políticos de sus países. "Políticas macroeconómicas tales
como la reducción del déficit y la inflación así como garantizar una
supervisión eficaz del sistema financiero son importantes. Todavía hay tiempo
para dar forma a algunas medidas que garanticen los más altos niveles de
eficacia en cada país”.
Enfatiza que debe haber más coordinación
entre agencias, como la Reserva Federal y los mercados de los países
emergentes. Indica que existen mecanismos formales para proveer de información,
por ejemplo, Brasil y México son miembros del G20. Foros de la comunidad
bancaria y organizaciones como FELABAN son voceros importantes que proporcionan
puntos de vista para el G-20, los comités de Basilea y otros organismos.
Además, los profesionales de la banca pueden expresar sus preocupaciones y
opiniones a la comunidad internacional sobre las nuevas regulaciones. Los
EE.UU., por ejemplo, tienen un período de 60 a 90 días para recibir
comentarios.