Treinta y cinco años de experiencia en la industria hotelera le permiten a Marcela Vargas, funcionaria de la cadena Germán Morales Hoteles, asegurar que lo único que no perdona un huésped es el mal trato. “Incluso, hasta puede perdonar el error cometido por el hotel en el que se hospeda, pero jamás la mala atención y el trato displicente”, dice esta profesional que en su larga trayectoria se fogueo en hoteles grandes, medianos, pequeños, operados o pertenecientes a firmas multinacionales y nacionales.
Ahora, cuando decide que ya es hora experimentar nuevas situaciones, no encuentra un momento memorable para referir de su larga trayectoria en la industria, simplemente, dice, porque todos estos años han sido un gran y maravilloso momento. “No tengo queja de profesión que escogí, ni del trabajo al que consagré mi compromiso profesional”, expresa Marcela directora hasta hace poco del hotel bh Parque 93.
No fue, sin embargo la hotelería su objetivo inicial cuando terminó el colegio. Marcela pensaba dedicarse a la traducción simultánea, ya dominaba el inglés, el francés y le daba la pelea al alemán. Pero, cuenta, cuando la vida la puso en frente la posibilidad de entrar a trabajar en un hotel, no lo dudo. Tras sus estudios de traducción simultánea en la universidad de Los Andes, estudió hotelería y turismo y por ahí mismo empezó a trabajar en la cadena Radinsson.
Ahí comenzó la historia que ahora termina como directiva de la cadena Germán Morales Hoteles donde cuenta, vivió la mejor y más enriquecedora experiencia. De los 35 años trabajando en hoteles, los 12 últimos años fueron con esta organización, icono de la industria hotelera colombiana.
“En mi fascinación por la hotelería jugaron parte fundamental los Morales, Juan Manuel Morales, un ser de luz y de conocimiento y Alejando Morales, de quien nunca se termina de aprender del sector y de la vida, concluye Marcela Vargas, al despedirse de la Cadena GMH y de su paso por esta industria en la que deja huella.