A partir del 28 de noviembre y hasta el 14 de diciembre,
Bogotá se vestirá de magia y diversión con un montaje que alcanza los 10.000
mts2 y una puesta en escena con tres espacios en los que los asistentes podrán
conocer, desde otra perspectiva, La Ciudad de Oro, los Mitos y Leyendas de
nuestro país, y las tradiciones navideñas de los 5 continentes.
Se trata de Nyia, La Ciudadela Temática, que pretende
descifrar el valor cultural y entretener a los visitantes que llegarán al
parqueadero del parque Salitre Mágico para interactuar en vivo con la Madre
Monte, Bochica, La Candileja, El Ánima de Santa Helena y El Hombre Caimán,
entre muchos otros personajes míticos que hemos conocido gracias a los cuentos
de los abuelos, que se transmiten de generación en generación.
La gigantesca ciudadela temática que está
completamente diseñada emulando el oro de nuestros indígenas y que en sus tres
grandes espacios, presenta un fantástico recorrido, inicia con una majestuosa
zona de ingreso a partir de la cual vamos a recrear la enigmática cultura
precolombina, las principales historias de los mitos y leyendas de Colombia y
un recorrido por las formas más representativas de celebrar la Navidad en
diferentes partes del mundo.
“Es un montaje hecho para conocer de cerca nuestras
raíces y tradiciones y lo que los abuelos nos muestran en sus ancestrales
relatos”, comenta Andrés Serrano, gerente general de SP Entretenimiento, la
empresa que se ha encargado de entregar este regalo a Bogotá y sus visitantes.
“Adicionalmente, todos los personajes, conceptos,
escenografías y decoraciones han sido creados, ilustrados y desarrollados por
SP Entretenimiento, lo cual nos permite ofrecerlos, sin restricciones, a
nuestros visitantes,” comenta Serrano.
La concepción y nombre del evento es uno de los
significados más relevantes en la tradición popular colombiana. “Nyia”,que
significa Oro en lengua Chibcha, hace referencia a un legendario reino
precolombino en una zona dónde existían abundantes cantidades de oro.
Según la investigación realizada para el desarrollo de
la ciudadela, la cosmovisión muisca era netamente politeísta, sin embargo el
Dios supremo era el Sol (como en la mayoría de tribus indígenas), connotando
atributos positivos ligados a la vida, la luz, el día, etc. El significado del
oro para estas culturas, se alejaba de lo material y le entregaba un valor supremo,
ya que se consideraba una extensión de su Dios Sol en la tierra.