Con más de 20 mil títulos y un diseño contemporáneo a la
manera de una selva de libros, la librería del pabellón peruano ha tenido el
inicio más exitoso de un país invitado hasta la fecha. Adicionalmente, el
pabellón, con un promedio de visitantes que supera las expectativas, invita a
conocer la cultura de este país. Juan Camilo Sierra, gerente del FCE, da las
cifras.
"Nunca habíamos tenido una feria que arrancara con
el ímpetu de este año", resalta Juan Camilo Sierra, gerente del Fondo de
Cultura Económica (FCE), y el hombre a cargo de la organización de la librería
en el Pabellón de Perú de la FILBO, un espacio contemporáneo concebido por
Vicca Verde, una de las empresas de diseño arquitectónico más importantes de
América Latina.
"Al cierre del sábado 3 de mayo, en el espacio del
Pabellón se habían vendido 4.330 libros y 1.100 unidades de artesanías. El
éxito ha sido tal que tan solo el primero de mayo vendimos 1.300 libros en la
librería del Pabellón", anota.
Pero la relevancia del Pabellón de Perú va mucho más allá
de los libros, aunque este sea su núcleo central. "El contenido del
Pabellón puede dar para un recorrido de hasta dos horas. Está la exposición
'Mírame, Lima', una cronología de autores, la exposición al poeta Cisneros, una
zona gastronómica, un auditorio, un área infantil, zona de artesanías, el
camino del Qhapaq Ñam, una zona de pisco peruano y la librería", añade
Juan Camilo Sierra.
Por su parte, el arquitecto Mateo Peschiera, creador del
espacio del Pabellón, hace referencia al espacio de la Librería como corazón de
su propuesta. "Fue concebido como una selva de libros que se descubre al
atravesar la cordillera. Este espacio es el foco de atención del pabellón,
donde una lluvia de audífonos con sonidos del Perú cae de una nube gris, compuesta
de 400 cubos translúcidos colgados a distintas alturas a manera de pixeles
gigantes, sobre las mesas literarias. Estos juegos de luces reproducen
tormentas amazónicas y efectos en las nubes, mientras se proyectan sobre el
cielo y la cordillera elementos del imaginario literario peruano".
Justo ahí, están los libros, provenientes de 63
editoriales peruanas, que participan en la feria luego de una curaduría
adelantada por el Ministerio de Cultura de Perú. Además de los títulos propios,
como todas las editoriales, su propuesta va más allá de Perú: "Estas
editoriales son universales. Allí hay hasta autores ingleses así como el año
pasado había libros de William Shakespeare en la muestra que trajo
Portugal", añade Sierra.
De esas 63 editoriales, hay privadas, públicas, grandes,
medianas e independientes, organizadas por temáticas, con un espacio
preponderante para el Nobel peruano, quien además tiene una de las obras más
prolíficas.
"Las 63 editoriales peruanas trajeron 1.195 títulos,
que llegaron en un total de 14.021 ejemplares. Adicional a estos, hay un grupo
de 4.000 libros que trae el Ministerio de Cultura como obsequio y que va desde
libros de zonas arqueológicas hasta de gastronomía. Adicional, hay otros 4.000
ejemplares más de editoriales colombianas que publican autores peruanos. A eso
se le suman 982 títulos más de 14 editoriales con casa en Colombia, y que
sumaron un total de 62 autores peruanos". Una verdadera invasión cultural,
en definitiva.
Y con temas variados de editoriales destacadas o independientes
como Estruendo Mudo, Paracaídas, Chirre, Editorial Septiembre, Peisa,
Megaeditores y lo que trae la Academia Peruana de la Lengua.
Y con todos los autores peruanos. Hasta de Julio Ramón
Ribeyro, de quien se cuenta con títulos como Geniecillos dominicales, publicado
por la editorial RM, Antología personal publicada por el FCE, Palabras del
mundo, publicada por Seix Barral y Los gallinazos sin pluma, a cargo de
Megaeditores.