En los
últimos años la industria de aceites y grasas comestibles ha venido enfrentado
el crecimiento de una industria ilegal, enfocada en el re envase de aceites
comestibles que viola de manera sistemática todas las normas que rigen no solo
la manipulación de alimentos en Colombia, sino también las obligaciones
tributarias, laborales, de seguridad social y de protección al consumidor, que
debe cumplir cualquier empresa legal en el país, poniendo en grave riesgo la
salud de los bogotanos.
Asograsas
tomando como referencia la estructura de mercado que muestra las cifras de
Nielsen, estima que la ilegalidad paso de representar el 6% del mercado en el
año 2005, al 12% en el año 2008, aumentó
al 16% en el primer semestre del 2009 y hoy en día este mercado negro alcanza
el 30% del consumo en algunas zonas del país.
"Si
bien esta situación golpea directamente
a las empresas nacionales que se enfrentan a una competencia desleal que no
paga impuestos ni salarios formales; el tema va más allá, y la preocupación
radica en el riesgo que el consumo de estos aceites ilegales representa para la salud de los colombianos
que compran aceites usados, muchos de ellos en envases re usados,, con
diferentes grados de contaminación. Además, son engañados con aceites
aparentemente más baratos pero que contienen menor cantidad a la enunciada en
la etiqueta de manera que para el ama de casa resulta más caro que si compra
una marca reconocida", sostiene Ángela María Orozco, presidente de
ASOGRASAS (Asociación Colombiana de la Industria de Aceites y Grasas
Comestibles)