Febrero marca el inicio del regreso a clases, los alumnos retoman su jornada académica y vuelve el ritmo dinámico en las ciudades. Dependiendo del lugar donde se encuentren, las oportunidades de los estudiantes son diferentes: mientras que en la ciudad es posible acceder fácilmente al internet, el transporte, la conectividad y la tecnología, en las zonas rurales las condiciones respecto a estos recursos son precarias.
Según los datos presentados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE, aproximadamente el 70% de los niños y jóvenes que no acceden a la educación en Colombia provienen de las zonas apartadas del país y los pocos estudiantes que hay en esos lugares, representan solo el 23,7% de la población estudiantil total del país. La ausencia de instituciones educativas, el hecho de no contar con servicios públicos básicos y no tener acceso a la conectividad, representa una de las principales amenazas para la educación.
En vista de la difícil situación que presenta la educación en este tipo de regiones, las herramientas tecnológicas como el internet satelital se convierte en una excelente alternativa para suplir la necesidad de aprendizaje que tienen los habitantes. La educación virtual entonces hace posible el estudio a distancia con costos favorables y con instituciones que ofrecen educación de calidad en los grados que se requieran, incluso maestrías en instituciones de otros países con reconocimiento a nivel internacional.
“En HughesNet entendimos que el internet satelital es un habilitador de educación virtual, por eso, y gracias a nuestro servicio, hemos logrado extender el panorama educativo y profesional en Colombia para quienes antes no tenían la posibilidad de conectarse. Gracias a la cobertura que tenemos a hoy, más de 1.000 municipios colombianos están empezando a navegar en el mundo cibernético adquiriendo conocimientos de alto valor para su futuro”, comentó Roque Lombardo, Gerente General para HughesNet Colombia.
Ahora bien, según el estudio de docencia rural en Colombia “Educar para la paz en medio del conflicto armado”, realizado por la Fundación Compartir, a pesar de que el número de escuelas en el campo supera las 35.000 y en el casco urbano se reduce a 17.346, tan solo el 8,4% de las instituciones educativas ubicadas en la zona rural ofrecen educación secundaria. Este dato representa una gran diferencia en descentralización de las escuelas que se ubican en zonas remotas, lo que se convierte en un factor determinante para que los alumnos deserten.
Frente a este escenario, Lombardo concluye que “nuestro propósito consiste en disminuir la brecha existente entre la educación rural y la urbana, así como reducir las barreras informativas, educativas y tecnológicas. Además, y debido a sus características, esta tecnología no requiere del desarrollo o modificación de infraestructuras para tener cobertura en las zonas apartadas”.