Cambiar las cocinas de estrellas Michelin por una propia,
esa fue la decisión que tomaron Víctor Guerra y Andrea Pardo para empezar un
sueño mutuo: Mr. romano. Luego de formarse en la mejor escuela gastronómica del
mundo, el Culinary Institute of America en Nueva York, la pareja acumuló su
experiencia en varios restaurantes de primer nivel en Estados Unidos, como el
Per se, Eleven Madison Park, The French Laundry y Benu, todos, tres estrellas
Michelin.
La evolución de la gastronomía en Bogotá y la posibilidad
de ofrecer una pizza única en la ciudad, motivó a ambos para traer su
conocimiento y convertir un producto tan tradicional en una experiencia de
sensaciones y sabores a un precio accesible.
“Nosotros abrimos hace dos meses y medio, pero la idea
nació hace más de dos años”, explica Andrea Pardo, quien menciona que en ese
periodo y luego de estudiar el mercado se dieron cuenta que en Bogotá había
espacio para su negocio.
La pareja hace énfasis en que emprender no es sencillo, que
requiere de mucho esfuerzo y sacrificio, sin embargo, los comentarios de los
clientes, la cara de felicidad de los comensales al saborear la mezcla de
sabores de alguno de los productos del menú, han sido “la gasolina que llena el
tanque”.
“La gente que viene a comer a Mr. romano sale feliz. Muchos
clientes nos han dicho que es la mejor pizza que se han comido en la vida, hay
comentarios que nos dejan en redes sociales y pensamos: de verdad estamos
haciendo las cosas bien”, dice Andrea, quien advierte que no es porque sea su
negocio, sino que en verdad tienen un producto diferente, de la mejor calidad,
a un precio accesible y en un lugar agradable, en el que se puede notar el
concepto de “fast fine”, un tipo de experiencia de comida rápida, pero enfocada
en el diseño y la atención.
El producto
“Cada sabor es bien pensado, la combinación de elementos e
ingredientes tiene una razón de ser, el producto final pasa por los más altos
estándares de calidad, o si no, no sale al consumidor”, dice Andrea Pardo,
resaltando la atención en cada detalle del proceso.
“Nosotros no queremos decir somos la pizza real o
auténtica, queremos decir, aquí está reflejado nuestro estudio, lo que sabemos
y eso lo hemos impregnado en el menú”, explica Víctor, quien agrega que la
carta, es una carta corta, que está compuesta de siete pizzas, de las cuales
seis son pizza rosa, es decir, a base de tomate y una blanca. Vale destacar que
las albóndigas, que son la entrada, son una composición casi quirúrgica de 27
ingredientes, que le dan un sabor diferente.
Esto tiene que ver con una de las apuestas de Mr. romano,
que fue hacer sabores diferentes, únicos, especiales y ofrecerle a los clientes
nuevas experiencias gastronómicas con un producto común. Para esto, Víctor y
Andrea se han aliado con proveedores, con los que trabajan de la mano para
obtener insumos exclusivos para el restaurante.
No dejar de probar el postre
Si las pizzas han tenido un gran recibimiento por parte del
público bogotano, los postres no se quedan atrás. El plato final se divide en
dos: una es una crema de limón mandarino con panela, fruta de temporada, queso
ricotta de búfala, azúcar pulverizada y tomillo; la otra se compone de budino
de café con chocolate, cáscaras de limón mandarino confitadas en panela, crema
de búfala por encima, aceite de oliva y sal marina gruesa, ambas, exquisitas
experiencias de sensaciones para redondear una gran experiencia de sabores.
Todo, al final, puede acompañarse con una de la cervezas
artesanales “Mr. romano”, fabricada exclusiva para el restaurante.
Trabajo con insumos colombianos
Todos los ingredientes que componen los platos que han
desarrollado Víctor y Andrea, a excepción de los tomates, son producidos en el
país, desde el cerdo, hasta la fruta o el queso de búfala. Todos son se compran
a empresarios colombianos, luego de un proceso de selección, perfeccionamiento
y trabajo mutuo.
“Hemos ido a las fábricas a hablar con cada uno de los
proveedores y eso ha hecho que la relación se consolide. En cada una de las
cartas hay un párrafo dedicado a nuestros proveedores dándoles las gracias.
Nosotros siempre hablamos de ellos, porque nos gusta que se les reconozca y
también les vaya bien”, concluyó la pareja.