Con un claro concepto de lo que
debe ser el servicio hotelero, buscando que el huésped reciba un servicio de
alta calidad, tanto en los hoteles de lujo como en los de tipo ejecutivo; los
hermanos Morales, con su empresa Germán Morales e hijos, GMH, cumplen cinco
décadas en un negocio cada vez más competido donde la innovación es un
requisito del día a día.
Han pasado 50 años, desde el 16 de agosto de 1968, cuando
un contador de profesión, Germán Morales Molina, decidió adentrarse en un
complejo tema como el hotelero, y empezar así, a escribir una historia que va
más allá del recuento de los hechos de una empresa familiar. La de la Cadena de
Hoteles Germán Morales e Hijos es la historia del desarrollo de la hotelería
moderna en Colombia.
Fue don Germán el visionario que, tras administrar hoteles
tradicionales como el Granada y el Regina en Bogotá, le resolvió a la ciudad el
problema que tenía en 1968 cuando, con la visita del Papa Pablo VI, no había
donde alojar a los peregrinos que llegarían en masa a la ciudad ante la primera
visita de un Sumo Pontífice a un país de Suramérica. En ese momento el
presidente Carlos Lleras Restrepo le encargó a Germán Morales la titánica labor
de adecuar un lugar para hospedar gran parte, casi la mayoría de los miles de
peregrinos que llegarían a la ciudad. Ese lugar fue la urbanización Pablo VI, cuyos
apartamentos de la segunda etapa fueron adecuados como un gran hotel.
Tras esa operación nació la Cadena. Don Germán inició el
negocio con la operación de hoteles; los primeros fueron el Sinú en Montería y
el Dann Avenida 19, en Bogotá, nombres a los que se uniría una larga lista de
iconos entre los que figuran el Isleño, en San Andrés; Morasurco, en Pasto;
Ambalá en Ibagué; Hunza, en Tunja; Vajamar, en Valledupar; Bucarica, en
Bucaramanga; Girardot Resort, en Girardot; La Sierra, en Santa Marta;
Sochagota, en Paipa; Cosmos y Embassy Suites, en Bogotá, entre otros de Miami y
Panamá.
“Mi papá era un águila para las relaciones públicas”,
recuerda Juan Manuel Morales, quien lo acompañaba a sus diferentes encuentros
con las figuras más destacadas de la política, la sociedad y las empresas del
país. “Era amigo de toda la clase dirigente, eso le sirvió, además, para ser
escuchado en la necesidad hacer escuelas para capacitar al personal requerido
para atender un hotel. Hasta ese momento, hasta los pasteleros había que
traerlos del exterior”.
Se le debe a este pionero de la industria hotelera en
Colombia la creación en el SENA de lo que hoy es el componente de hotelería y
turismo; también el desarrollo de esa facultad en la Universidad Externado de
Colombia. Al tiempo, la participación decidida en la creación de los gremios
del sector, como Cotelco y el liderazgo que le imprimió a la industria.
Así las cosas, Alejandro y Juan Manuel Morales, hoy
vicepresidente ejecutivo y financiero, respectivamente de la Cadena GMH,
aprendieron a ser hoteleros, más que en una universidad, con la experiencia y
los consejos de su padre Germán, un visionario que entendió la necesidad de
hacer del sector una industria y, al tiempo, la importancia de profesionalizar
la labor del hotelería en nuestro país.
Después de medio siglo muchas cosas han cambiado.
Especialmente la tecnología a la hora de mercadear y comercializar los hoteles.
En 1985 Germán Morales debió retirarse de la compañía por un párkinson que lo
limitó de manera física y mental. Sin embargo, logró vivir lo suficiente para
inspirar en sus hijos y en todas las líneas de la compañía unos valores y
principios que aún hoy perduran. Estos son la honestidad, el cumplimiento, el
buen trabajo, el respeto a las diferencias, la responsabilidad y los valores de
servicio tanto al huésped como al inversionista.
Esta visión de la compañía ha permitido que “aún hoy en día
los problemas de tipo legal, tanto laboral como de contratos sean mínimos”,
dice con orgullo el vicepresidente ejecutivo de uno de los operadores más
antiguos del país.
GMH suma a su historia, 37 años de experiencia en operación
de catering y soporte de vida, donde ha hecho gestión tanto en áreas urbanas,
como rurales complejas, por su ubicación y acceso, para campamentos de más de
2.700 personas.
Experiencia que incluye: el manejo de Centros de
Convenciones con alta capacidad de asistentes, y la administración integral de
clubes sociales y la gestión de área de alimentos y bebidas de grandes empresas
como han sido: Xerox, Kodak, Icollanta, el Banco de la República, Cerrejón-
Intercor (Guajira), Cerromatoso – BHP Billiton, Córdoba), Caño Limón-
Occidental (Arauca), Guavio- Vianini Entrecanales (Cundinamarca).
Últimamente el grupo ha ingresado en la operación de
apartamentos para estudiantes. City U es el nombre que le han puesto a las
torres que brillan en pleno centro de la capital y que al contrario de lo que
se podría pensar no han traído problemas a la organización. “Me he sorprendido
del buen comportamiento de los cerca de 700 estudiantes que habitan el proyecto
vecino a la Universidad de los Andes”, dice con orgullo Alejandro Morales, que
guarda bajo su manga los nuevos proyectos que emprenderá la Cadena, la única
colombiana que queda en el país, los cuales estudia con gran detalle, y de los
cuales no es posible sacarle el más mínimo comentario. Pero vienen en curso y
con algunos de ellos empezará el año 51 de la Cadena, pionera de la hotelería
en Colombia.