Luego de un trabajo de más de 3 años, Café Oma comenzará una nueva fase
que se reflejará en la coherencia y consistencia de todos los puntos de
contacto de la marca, cambios arquitectónicos, de marca, de portafolio y
producto, pero sobre todo, de experiencia final hacia sus consumidores, son la
gran apuesta de la cadena para seguir compitiendo en el escenario nacional. La
cadena de cafés a hoy proyecta cerrar el 2021 con un incrementado en sus ventas
del 67% versus el año anterior, cuenta con cerca de 520 colaboradores, y 145
tiendas en 15 ciudades.
Café Oma nació a finales
de los años 60 como el primer ‘Café’ en Bogotá, evocando los tradicionales
cafés de las calles parisinas: un espacio ideal para conversar, leer y vivir
una experiencia de buen Café gourmet. En esta nueva etapa, se mantendrán los activos
que hoy distinguen la marca, pero con nuevos elementos que cumplen las
expectativas de los clientes de las nuevas generaciones.
De acuerdo con Marlon
Masis, CEO de Mesofoods – grupo empresarial que también es propietario de
Presto y Tacos & Bar-BQ–, afirma: “en esta nueva etapa de Café Oma,
reunimos al mejor talento en consultoría nacional e internacional para diseñar
toda la experiencia que se reflejará en todas las tiendas del país en el
mediano plazo. Los pilares de esta transformación se adoptaron a partir de las
expectativas de nuestros clientes, la historia de la compañía y las nuevas
tendencias del mercado. Este fue un proceso de mucho trabajo, pero queríamos
asegurarnos de que nuestros clientes habituales y los que llegarán cuenten con
una excelente experiencia alrededor de todo lo que evoca el café,
convirtiéndonos en cómplices de sus mejores momentos”.
Tras identificar la
necesidad de renovar a Café Oma a la luz de las nuevas tendencias, Masis y su
equipo, emprendieron una investigación que inspiró el diseño de una nueva
experiencia sensorial en sus tiendas. “Con el nuevo concepto, Café Oma suplirá
las expectativas de quienes no conciben su rutina diaria sin una taza de café,
pero también las de quienes quieren probar nuevos sabores o personalizar su
bebida” explica Masis. Para los dos perfiles de clientes identificados en esta
investigación, la compañía dispondrá una barra maestra donde los expertos
sugerirán y preparan el café según los deseos del consumidor.
La nueva puesta en
escena
El proyecto ‘Brown’ –
como se denominó internamente la renovación de la propuesta de valor de la
marca – ha contado con la asesoría de especialistas en consumo/retail,
arquitectura, branding y pastelería. Entre las novedades que encontrarán los
clientes, están los siguientes aspectos:
• La Marca: Compuesta por ajustes sutiles en el nuevo logo
realizados por calígrafos argentinos, además de una nueva paleta de colores que
complementan el color rojo tradicional de la marca, marcan un nuevo estilo de
comunicación que utiliza nuevos elementos como ilustraciones, que narran
historias alrededor de las personas y los momentos vividos alrededor de una
buena taza de café.
• Los productos: se reemplaza el concepto de
industrialización y masividad para reenfocar la operación de su propia planta
en procesos totalmente artesanales, que dedican mayor tiempo a la elaboración -
uno a uno - de sus productos, resaltando así que existen ‘personas’ detrás de
sus procesos de elaboración. De esta manera, Café Oma también elimina las
premezclas y retoma las recetas elaboradas con materia primas mas naturales,
hechas a mano por cada uno de sus artesanos panaderos y contando con más de 18
horas de fermentación, logrando resaltar nuevas texturas y sabores mas
potentes.
• La arquitectura: se trabajó en el diseño de los espacios
para que sean funcionales para los distintos tipos de cliente, mediante una
combinación de la madera tradicional con el cuero y la vegetación viva. Las
tiendas de Café Oma, de acuerdo con el espacio disponible, contarán con barras,
mesas especialmente adecuadas para el trabajo remoto, espacios de reunión –
bien sea como alternativa frente a la pandemia - o simplemente para salir de la
rutina.
Finalmente, Marlon Masis
asegura que las primeras tiendas que serán intervenidas están ubicadas en
Bogotá, mientras que en los próximos cuatro años se renovarán los puntos de
venta en las otras ciudades del país. La nueva imagen y concepto también se
reflejarán en los empaques del café que se venden en los supermercados. En paralelo,
Café Oma trabaja en sentar las bases para expandir su operación en los próximos
años a distintos países de Latinoamérica.