El mercado y sus fluctuaciones pueden parecer monstruos impredecibles que en cualquier momento pueden poner sus miradas en su empresa, y destruirla en cuestión de meses. ¿Después de todo, la mayoría de las empresas no sobreviven a su primer año, verdad? ¿O en realidad no es así?
Hay dos respuestas a la pregunta titular de este artículo. Por un lado, sí, el mercado afecta muchísimo a la hora de hacer una empresa; pero por otro, hay algo que tiene mucha más influencia en el éxito o fracaso de su empresa: Usted, su gestión y las acciones que toma.
La verdad es que cuando hay un boom petrolero, todas las empresas petroleras multiplican sus ganancias. Cuando el petróleo empieza a escasear, hay despidos en estas empresas. Este es un ejemplo claro de factores externos haciendo de las suyas. La ley que ilegaliza la forma en la que usted estaba promocionando sus productos, el impuesto extra que pone su empresa en pérdida, o la competencia que está llevándose la mayor parte del pastel son factores que están fuera de su control, y que pueden ser muy desmotivantes para cualquier empresario. Pero eso no significa que su empresa esté destinada al fracaso.
Seguramente en su vida ha escuchado algo como “los problemas no son más que nuevas oportunidades”. Resulta que esto puede ser muy cierto, si usted se toma la tarea de convertir dichos problemas en oportunidades. La clave está en su persistencia. El mundo de los negocios en Colombia se ha dificultado en los últimos años con la inmensa cantidad de nuevas regulaciones, y ser empresario es más difícil que nunca… Y ni hablar de la crisis que nos azotó este año. Pero la vida no es un partido de fútbol. El único momento en el que usted será derrotado, será cuando tire la toalla.
La principal diferencia entre el empresario que sale adelante y el que quiebra, aún cuando trabajan en la misma industria, es que uno de ellos hizo mejor su trabajo que el otro. Y realmente, aunque a muchos les gusta más la idea de que su fracaso sea por culpa de alguien más, la manera de tener éxito es comenzar a asumir que uno mismo es causa de todo lo que le pasa. Y en la medida en que lo sea, podrá tener más y más control sobre lo que sucede a su alrededor.
Es una idea común en Performia el hablar de este aspecto de lo que llamamos la “responsabilidad”, y lo mencionamos muy a menudo. Pero la verdad es sencilla: Entre más responsabilidad tomas por las cosas, más control puedes tener sobre ellas. Entre más te vuelves “La persona que responde, que se asegura de que las cosas funcionen”, más serás capaz de hacer que las cosas, de hecho, funcionen.
Así que deje de echarle la culpa al mercado y a factores externos. La responsabilidad es suya, y saberlo le da mucho más poder del que cree.