La Cámara de Comercio de Bogotá realizó la Encuesta de Percepción y Victimización de Bogotá que, por primera vez se aplicó para el año completo, con la novedad de un cambio en la captura de información la cual se realizó de manera telefónica, producto de la pandemia.
Se aplicó a 3.500 ciudadanos de las diferentes localidades
de Bogotá entre el 23 de noviembre y el 14 de diciembre.
Para la CCB la percepción de seguridad está determinada por
dimensiones como: la victimización, rasgos individuales como el sexo, relación
con las instituciones y servicios del estado, las condiciones del transporte y
espacio públicos, la convivencia y el rol de las fuentes de información.
Percepción de seguridad en Bogotá:
La percepción de inseguridad aumentó 16 puntos porcentuales al pasar del 60% en 2019 al 76% en 2020, representando así el nivel más alto que ha alcanzado la percepción de inseguridad en los últimos 5 años.
Por su parte, la percepción de seguridad en el barrio
presentó un deterioro al reducirse del 44% al 41% de un año a otro, contrario a
la tendencia de aumento de los últimos 5 años.
Victimización
Aumentó levemente el porcentaje de ciudadanos que manifestó
ser víctima directa de algún delito al pasar del 15% en 2019 al 17% en 2020, en
donde 132 de cada 1.000 ciudadanos fueron víctimas de hurto.
El celular fue el objeto más hurtado (48%), seguido de
dinero (45%), y la billetera (38%).
Las modalidades más comunes para cometer este delito son el
atraco (41%), y el raponazo (27%).
Percepción de seguridad (mujeres)
Ocho de cada 10 mujeres consideran que la inseguridad ha aumentado, reflejando un incremento notable al pasar del 61% en 2019 al 81% en 2020.
El 62% de las mujeres consideran que su barrio es inseguro,
mientras que los hombres lo consideran en un 55%.
Institucionalidad
El indicador de denuncia tuvo un aumento comparado con el
último año al pasar del 44% al 48%, lo que representa una oportunidad para
seguir fortaleciendo las herramientas tecnológicas para la denuncia y la
confianza institucional.
En cuanto a la utilización del Número Único de Emergencias
123 por parte de los ciudadanos, este se mantiene en un nivel del 20%. No
obstante, llama la atención el cambio en la calificación que dan a la atención
brindada. Se registró un aumento en la mala atención en la llamada al pasar del
36% al 41%, y por primera vez en los últimos 5 años el porcentaje de usuarios
de esta línea que calificó como mala la atención es mayor a los que la
calificaron como buena.
El 59% de los ciudadanos de Bogotá no tuvo relación con la
Administración Distrital durante el 2020. Aquellos que si lo tuvieron lo
califican como regular (19%), seguido de bueno (15%) y malo (6%).
Según los encuestados la principal acción para mejorar la
seguridad en la ciudad, es acabar con la corrupción de la Policía la cual
refleja un aumento considerable al pasar del 29% al 43% en comparación con el
año anterior.
En el relacionamiento con la Policía y la percepción de los
ciudadanos frente a su servicio, en promedio quienes acudieron a la policía lo
hicieron 2 veces en el año. 3 de cada 10
ciudadanos que interactuaron con la Institución califican bien el servicio
recibido.
El 24% de los ciudadanos conocen a qué cuadrante pertenecen,
y de este porcentaje, el 67% afirma haber visto al Policía del Cuadrante, el
37% señala que conoce el número de celular del cuadrante, y el 31% ha
interactuado con el policía.
El protocolo de atención al ciudadano es una herramienta
fundamental para la buena percepción del servicio de policía. El saludo amable
y la amabilidad en el trato son las habilidades mejor puntuadas por los
ciudadanos con un 57% y un 53% respectivamente.
Espacio y transporte público:
4 de cada 10 ciudadanos fueron testigos de un delito,
comparado con el año anterior cuando fue 3 de cada 10. Sigue aumentando la
percepción de inseguridad en la calle como el espacio más inseguro, el cual
pasó de un 35% a un 45%, seguido de los puentes peatonales (22%) y los potreros
(14%).
En cuanto a Transmilenio, el 78% de los ciudadanos considera
que es inseguro o muy inseguro, lo cual representa una leve reducción (de 3
puntos porcentuales) con respecto a las mediciones anteriores.
Durante la pandemia el 84% de las personas encuestadas se
sienten inseguras cuando se presentan aglomeraciones en el espacio público,
seguido del 79% cuando acuden al transporte público, y el 77% cuando van al
comercio.
El delito que más preocupa a los ciudadanos sigue siendo el
hurto a personas (49%), seguido del homicidio que bajó dos puntos porcentuales
ubicándose en 10%. Llama la atención el incremento del porcentaje de “otros
delitos" del 19% al 30% reflejando la preocupación ciudadana frente al
feminicidio, la violencia contra la mujer, violencia intrafamiliar y el
vandalismo.
Para el 2020 el feminicidio fue el tercer delito que más
preocupó a los ciudadanos (8,4%), seguido por la violencia contra las mujeres
(4,8%).
Convivencia y medios de comunicación
El porcentaje de ciudadanos que manifiesta haber sido
víctima de una situación que afectara su convivencia se ubicó en 26%, un punto
por encima del promedio de los últimos cinco años.
Por primera vez las redes sociales son la principal fuente
de información para formar opiniones personales sobre seguridad, la cual se
ubica en el 29%, seguido del 26% de noticieros de televisión y del 16% la
experiencia personal.
Seguridad para realizar negocios:
A la pregunta nueva de si se considera a Bogotá una ciudad segura para hacer negocios, el 52% afirma que sí y el 48% que no. La corrupción (39%) y la inestabilidad social asociada al vandalismo y las asonadas (24%) son las principales razones por las que los ciudadanos que respondieron que no justifican su respuesta.
RECOMENDACIONES Y CONCLUSIONES:
Es fundamental desarrollar acciones diferenciadas por sexo como se propone en el Plan Integral de Seguridad, Convivencia y Justicia y mostrar resultados enfocados a las mujeres.
Los altos niveles de percepción de inseguridad requieren de
una agenda, no solo enfocada en la reducción de delitos, sino que ahonde en
acciones comunicativas y concretas que prioricen el relacionamiento de los
ciudadanos con los servicios del Estado, sus rasgos de vulnerabilidad y que
incluya intervenciones en el espacio y transporte público.
La actividad económica informal en Bogotá es del 42,2 %
(Encuesta DANE octubre-diciembre 2020). Se deben identificar los puntos de alta
concentración de la actividad informal y diseñar, de forma concertada,
protocolos especiales de bioseguridad tanto para vendedores como para las
personas que circulan por el espacio público, acompañados de medidas
pedagógicas.
Las acciones de política pública que promueven el mayor uso
de la línea de emergencias 123 no deben dejar de lado un enfoque en favor de la
atención en la llamada y especialmente, en la satisfacción de quienes llaman.
La interacción y atención al ciudadano debe ser una
prioridad para la Policía y para la Administración Distrital. Se recomienda que
la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia se encargue de la
construcción y ejecución de un proyecto que busque mejorar las habilidades
blandas de los funcionarios y apoyo a la MEBOG en la construcción de confianza
con el ciudadano.
La calle (que incluye andenes y ciclorrutas entre otros)
debe ser el lugar en el que se ejecuten la mayor cantidad de acciones
tendientes a generar la presencia institucional y cambios en la percepción de
inseguridad de los ciudadanos. Estas acciones complementarían el control de
delito en las Zonas de Atención Prioritaria y en acciones de prevención en los
entornos de confianza definidos en el Plan Integral de Seguridad, Convivencia y
Justicia.
Frente a los temas convivencia es fundamental seguir
enfatizando en políticas que permitan reducir las reuniones ruidosas, el mal
manejo de las basuras, siendo éstas las situaciones que más afectan.