Aunque en Colombia el Día del Amor y la Amistad se celebra en el segundo semestre del año, la festividad de San Valentín, que tiene lugar el 14 de febrero, ha ganado cada vez más popularidad. Esta fecha representa una oportunidad de negocio significativa para diversas industrias, ya que los enamorados aprovechan la ocasión para intercambiar obsequios, entre los cuales destacan los peluches, las cenas románticas, y especialmente las flores y los chocolates.
Según la Asociación Colombiana
de Exportadores de Flores (Asocolflores), cada año se despachan cerca de 52.000
toneladas de flores entre enero y febrero, lo que equivale a unos 700 millones
de tallos. Paralelamente, Colombia ocupa el primer lugar en América Latina como
exportador de chocolate, según el Observatorio de Complejidad Económica (OEC).
Como es de esperarse,
estas industrias generan un impacto ambiental considerable, especialmente en lo
que respecta al consumo de agua. La Water Footprint Network calcula que la
huella hídrica de la pasta de cacao es de aproximadamente 24.000 litros por
kilogramo, y en cuanto a las flores, el consumo varía dependiendo del tipo de
flor y las condiciones de cultivo, pero en el caso de las rosas, que son las
más populares para esta fecha, la huella hídrica por cada tallo producido en la
Sabana de Bogotá oscila entre los 43 y 59 litros, lo que equivale alrededor de
una ducha de cinco minutos por tallo de rosas.
El impacto de la
escasez de agua
La industria
floricultora ha tomado conciencia de estos desafíos y están adoptando prácticas
más responsables desde el punto de vista social y ambiental, sin dejar de
responder a la alta demanda de productos en San Valentín.
Según Asocolflores, más
del 57% del agua utilizada en los cultivos proviene de la lluvia, lo que reduce
la dependencia de fuentes de agua superficiales o subterráneas. Este sistema de
recolección, almacenamiento y riego eficiente de agua de lluvia se ha convertido
en un modelo a seguir para otros sectores agrícolas del país.
Por otro lado, la
industria del cacao enfrenta retos significativos debido al cambio climático.
Según la Federación Nacional de Cacaoteros de Colombia (Fedecacaco), en los
últimos tres años, fenómenos como “El Niño” y “La Niña” han causado una
reducción en la producción de cacao.
La importancia de la
innovación
En un contexto de
fenómenos climáticos cada vez más impredecibles, es fundamental que las
empresas adopten tecnologías innovadoras para gestionar sus recursos hídricos.
Herramientas para optimizar la trazabilidad del agua, ayudan a comprender los
riesgos asociados con la cantidad y calidad del agua, y permiten a las
industrias tomar medidas efectivas para mitigar su impacto ambiental.
Diego Varrá, líder del
área de Alimentos y Bebidas en Ecolab, asegura: "La Huella Hídrica en esta
industria es un desafío tanto en términos de costos operativos como en sus
repercusiones humanas, sanitarias y medioambientales. Indicadores como Watermark
Study, realizado por nosotros, y que investiga las preocupaciones de los
usuarios respecto al agua, aseguran que un 65% de usuarios en LATAM prefiere
productos con menor consumo hídrico y en fechas de alto consumo como San
Valentín debemos hablar sobre cómo fomentar que las empresas y países se
comprometan en innovar con nuevos métodos para mantener una producción rentable
y cumplir con sus responsabilidades sociales".
Desde Ecolab, empresa
líder en sostenibilidad, señalan que las iniciativas para digitalizar el
consumo de agua benefician directamente las prácticas de ahorro hídrico,
proporcionando información precisa sobre el uso del agua y su impacto en la
productividad. "Esto permite desarrollar productos óptimos y con visión de
futuro, brindando a los usuarios más información para elegir productos
sostenibles", agrega Varrá. De esta manera, tanto empresas como
consumidores pueden continuar celebrando estas fechas mientras mitigan su
impacto en el planeta.