Mauricio
Hernández-Monsalve, economista de BBVA Research
El PIB creció 1,7% en
2024, en un entorno de condiciones financieras menos restrictivas y una
inflación en descenso que permitió la recuperación progresiva de la demanda
interna. Aun así, el crecimiento se mantuvo por debajo del promedio de 20 años
(3,5%) y con diferencias significativas entre sectores y componentes del gasto.
La demanda interna
creció 2,2%, superando el crecimiento del PIB, a diferencia de 2023, cuando su
debilidad limitó la expansión económica. Esto refleja una recuperación del
gasto de los hogares y la inversión, además de un repunte en las importaciones.
Asimismo, la desacumulación de inventarios se revirtió, con un saldo positivo
en 2024 tras caídas pronunciadas en 2023, lo que sugiere que las empresas anticipan
una mejora en la demanda para 2025.
El consumo privado
creció 1,6% en el año, mostrando resiliencia pese al impacto inicial de tasas
de interés elevadas. Dado su peso en el PIB (76%), fue el componente que más
contribuyó al crecimiento, con un mayor peso de los servicios (58% del total
del consumo) que en bienes. Dentro de los bienes, los no durables representaron
el 30%, los semidurables el 7% y los durables el 5%.
Comparado con los
niveles de 2019, en 2024 los rubros de servicios dentro del consumo privado han
mostrado los mayores avances. En particular, el gasto en recreación y cultura
ha sido el más dinámico, alcanzando un 202% de su valor en 2019, impulsado por
el auge de las apuestas en línea y una mayor demanda por eventos culturales y espectáculos
en vivo.
También sobresale el
gasto en comunicaciones, que llegó al 141%, reflejando una mayor digitalización
y demanda de servicios tecnológicos. El consumo en salud alcanzó el 136% del
nivel de 2019, impulsado por una mayor demanda por servicios médicos y un mayor
acceso a tratamientos. El gasto en bebidas alcohólicas y tabaco llegó al 137%,
mientras que el transporte creció hasta el 127%, favorecido por una mayor
movilidad y actividad económica.
Otros rubros superaron
sus niveles pre-pandemia, aunque con avances más moderados. El consumo en
alimentos y bebidas no alcohólicas llegó al 120%, el alojamiento, agua,
electricidad y gas alcanzó un 112%, y la educación se ubicó en 107%, con una
recuperación más lenta. En el caso de restaurantes y hoteles, el consumo apenas
superó los niveles pre-pandemia con 106%, reflejando un desempeño moderado pese
a la reactivación del turismo.
El gasto total de
consumo final de los hogares en 2024 alcanzó el 123% del nivel de 2019.
Desglosado por durabilidad, el consumo de bienes durables llegó a 130%, los
bienes no durables a 123%, los bienes semidurables a 113%, y el consumo en
servicios se ubicó en 125%.
La inversión fija fue
clave en la aceleración del PIB de 2024, con un crecimiento de 3,0% en todo
2024. Tras una primera mitad del año débil, la inversión se reactivó con fuerza
en el segundo semestre, impulsada por obras civiles y una mejor dinámica del gasto
en maquinaria y equipo. Sin embargo, la inversión en edificaciones se mantuvo
en terreno negativo en el total del año, afectando al sector construcción en su
conjunto.
El consumo público cayó
0,5% en 2024, afectado por las restricciones fiscales y el menor gasto del
gobierno central. Esta menor ejecución no fue compensada por las
administraciones regionales, que en su primer año de gestión suelen ejecutar
presupuestos con mayor rezago. Además, la comparación fue más exigente debido
al mayor gasto registrado en 2023 por las elecciones, que impulsaron el consumo
público de manera transitoria. Como resultado, el gasto público perdió el papel
contracíclico que tuvo en años anteriores, restando impulso al crecimiento del
PIB
El sector de servicios
y las actividades agropecuarias (+8,1%) siguieron liderando la actividad
económica. En contraste, los sectores primario y secundario no lograron aportar
con la misma fuerza. El sector primario mostró una fuerte heterogeneidad: el
agro tuvo un excelente desempeño, mientras que la minería continuó rezagada
(-5,2%), afectada por caídas en producción y factores regulatorios. El sector
secundario se contrajo en 2024, con la construcción de edificaciones en terreno
negativo (-2,5%), las obras civiles aportando positivamente (11,7%) y la
industria cayendo un 2,1%. Sin embargo, la producción industrial mostró señales
de estabilización en la segunda mitad del año.
Aunque las
exportaciones de servicios (+9,4%) mostraron un crecimiento notable,
especialmente en sectores como turismo, el repunte de las importaciones (4,2%),
impulsado por una demanda interna más robusta, resultó en una contribución neta
negativa del sector externo al PIB. La demanda externa restó 2,7 puntos
porcentuales al crecimiento del PIB en 2024, afectada por un mayor dinamismo de
las importaciones frente a las exportaciones totales (2,0%).
A nivel sectorial, 10
de los 12 sectores ya superan sus niveles de actividad de 2019, pero la
construcción y la minería siguen muy rezagadas. En el año completo 2024, estos
sectores representaron solo 77% y 84%, respectivamente, del valor que tenían en
2019, reflejando una contracción estructural en ambas actividades. El sector de
arte y entretenimiento es el que más ha crecido frente a 2019 (152% del nivel
de 2019), impulsado en gran medida por el auge de las apuestas en línea, que
han dinamizado este rubro y generado nuevas fuentes de ingresos. El comercio y
la industria, que habían alcanzado un 116% y 111%, en su orden, del nivel de
2019 en 2022, retrocedieron en los últimos trimestres y ahora se ubican en un
114% y 106% del nivel pre-pandemia.
El crecimiento de 2023
fue revisado ligeramente al alza, pasando de 0,6% a 0,7%, debido a un mejor
desempeño estimado en algunos servicios y en la industria, aunque compensado por
una revisión a la baja en el comercio. A nivel de demanda, el consumo final y
las exportaciones fueron ajustados ligeramente a la baja, mientras que la
inversión mostró un un mejor comportamiento del inicialmente estimado. Esta
revisión al alza en el crecimiento de 2023 implicó una base ligeramente más
exigente para el comportamiento de 2024.