Para terminar de una vez por todas con las estacionales “enlechadas”,
que perjudican al sector lácteo, desde su mismo origen, se requiere definir
medidas estructurales, que se mantengan en el tiempo, y que constituyan una política
láctea integral, que permita garantizar la estabilidad del ganadero productor
de leche y el crecimiento en ventas de la industria láctea tanto en el mercado
interno como en el externo.
“Más
allá de la discusión sobre el precio de la leche, que tanto ha desgastado a
ganaderos e industriales, debemos comenzar a pensar en el cumplimiento de metas
concretas de incremento del consumo interno y de las exportaciones”, manifestó
Jorge Andrés Martínez, Director Ejecutivo de Asoleche. “Para lograrlo, debemos
enfocarnos en cómo producir más leche y más barata, pues de lo contrario la
competencia internacional nos dará un golpe fuerte”, puntualizó el
directivo.
Propuestas
en discusión tales como la garantía de compra de la producción nacional, la
estructuración de un mecanismo parafiscal eficiente, o el enfoque exportador lácteo,
han sido planteadas por Asoleche, como elementos de una política láctea
integral, que responda a la problemática del sector lácteo colombiano: alta
informalidad, costos de producción crecientes y baja asociatividad.
Garantía
de compra de la leche. Debe ser un proceso gradual, pues la mitad del mercado lácteo
se encuentra en la informalidad. Esta propuesta requiere de elementos
paralelos, uno de ellos es un precio competitivo para algún porcentaje de la
leche, que permita el proceso de formalización gradual. Con precios altos y
regulados para toda la cosecha, va a ser imposible lograr este objetivo. “Lo
importante aquí es lograr un acuerdo de cadena junto con el Minagricultura, y
definir para dónde vamos”, afirmó Martínez.
Fondo
tripartito: tres principios fundamentales. La propuesta de un fondo lácteo, con
nuevos aportes de ganaderos, industria y gobierno, se encuentra en discusión y
es un instrumento de política pública que debe cumplir con tres principios
fundamentales: primero, un esquema de gobernanza claro y con la participación
real de todos los actores involucrados; segundo, definición precisa de la
inversión de los recursos; y tercero, contar con un mecanismo técnico para su
operación.
“La
solución a la problemática láctea no se encontrará en un solo instrumento de
política, sino en la conjunción de los componentes de una estrategia de cadena,
que incluya asistencia técnica (que permita producir más leche y más barata),
crédito para pequeños productores y reducción de costos de producción”,
puntualizó Martínez.