La economía colombiana
seguirá en su proceso de desaceleración iniciado en 2022 y no será hasta antes
de mediados de 2024 cuando el país empiece a consolidar una recuperación lenta
y gradual. Así lo aseguran las estimaciones del equipo de BBVA Research en su
más reciente informe Situación Colombia. Según los analistas, el consumo de los
hogares será clave para este mejor comportamiento, pero partirá de niveles
bajos de gasto. Además, los hogares tendrán que superar un periodo de
condiciones financieras exigentes por la alta inflación y las mayores tasas de
interés, condiciones que mejorarán principalmente en 2024.
Para Mauricio
Hernández, economista de BBVA Research para Colombia, “el bajo crecimiento
económico también fue una consecuencia de la inusitada caída del sector de la
construcción, tanto de las edificaciones como de las obras civiles. Estas
últimas, en particular, no compensaron el menor gasto del sector privado como
sí lo solían hacer en otros momentos de crisis o desaceleración de la economía
colombiana”.
Bajo este panorama,
BBVA Research espera que el crecimiento económico de Colombia se ubique en 1,2%
este año y en 1,5% en 2024. “La recuperación será gradual desde la primera
parte de 2024. La demanda interna, que este año caerá al 1,7%, crecerá por
encima del PIB el año entrante, al 1,8%. Además, el consumo privado se
recuperará desde un 0,5% en 2023 hasta un 1,8% en 2024”, cita el informe de
Situación Colombia. La inversión, por su parte, aunque ascenderá desde el
segundo semestre de 2024, no tendrá un resultado positivo en ninguno de los dos
años: en 2023 caerá un 9,3% y lo hará a una tasa de 1,0% en 2024.
En términos de la
inflación, se espera que el proceso de reducción continúe, para observar una
variación del IPC cercana al 10% a finales del año. Según las estimaciones,
para diciembre estaría en 9,7% y, al final del año 2024, podría situarse en
5,4%. La reducción en los precios se dará de forma gradual y contenida por
factores como el Fenómeno de El Niño, el incremento restante del precio de los
combustibles, la devaluación esperada en el tipo de cambio y el ajuste de las
tarifas y los cobros que suele tener la economía a los inicios del año.
Por lo tanto, se
proyecta que el Banco de la República esperará hasta el final del año para
empezar a reducir las tasas de interés. “En diciembre, la tasa se ubicará en
12,50%, 75 puntos básicos por debajo de su nivel actual, y seguirá reduciéndose
gradualmente hasta el 7,0% en 2024. Las decisiones de la política monetaria
estarán determinadas por el comportamiento de la inflación, de las expectativas
y el crecimiento económico, cuyos resultados darán el espacio para las rebajas,
especialmente en presencia de unas tasas reales que será elevadas a finales de
este año”, aseguró Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para
Colombia.
En cuanto a los
desbalances macroeconómicos, los déficits fiscal y externo detendrán su proceso
de mejora el año entrante. En el caso fiscal, debido al mayor gasto público
esperado y a la dependencia de buena parte de los ingresos públicos de la
gestión de la DIAN para reducir la evasión. En el frente externo, porque la
balanza comercial será más deficitaria, presionando al mayor déficit de la
cuenta corriente.
Con todo, el déficit
fiscal pasará de 4,0% del PIB en 2023 a 4,4% en 2024. Y el déficit externo lo
hará desde 3,7% del PIB este año hasta 3,9% el año entrante.
En términos de la tasa
de cambio, se espera una tendencia hacia la devaluación del peso colombiano
desde finales de este año, para ubicarse en 4.240 pesos en diciembre. Esta
tendencia se mantendrá durante la mayor parte del año entrante, llevando a que
la tasa de cambio se devalúe otro 5% entre diciembre de 2023 y diciembre de
2024 “La presión a la devaluación será el resultado del menor diferencial de
tasas con respecto a la Fed, pues el Banco de la República bajará sus tasas más
pronto y más rápido que el Banco Central de Estados Unidos, y de la
persistencia de los desbalances externos en el país”, señaló Téllez.
Por otro lado, el
crecimiento global se desacelerará desde el 3,5% que se observó en 2022, hasta
un 2,9% en 2023 y un 3,0% en 2024. La desaceleración de Estados Unidos, en
parte por el endurecimiento que han venido teniendo las condiciones monetarias,
será suave y con un aterrizaje ordenado y crecerá 2,3% este año y 1,5% en 2024. En la Eurozona,
se prevé un crecimiento de 0,4% este año y 1,0% en 2024, reflejando la
debilidad que viene mostrando la región, el impacto negativo de la inflación y
el encarecimiento del crédito.
El ciclo de ajuste al
alza de los tipos de interés oficiales por parte de la Reserva Federal (Fed) y
el Banco Central Europeo probablemente ya terminó tras el aumento de los tipos
hasta el 5,50% por la Reserva Federal de Estados Unidos y hasta el 4,50% por el
banco europeo. La Fed reducirá sus tasas desde mediados de 2024 y el BCE al
final del próximo año.
Vivienda y desempleo,
los factores que preocupan
Aunque se espera una
recuperación en la industria y el comercio desde 2024, la recuperación
económica será lenta debido a lo que está sucediendo con el sector de la
vivienda, que se espera tenga una baja actividad durante 2024 y, por lo tanto,
que el empleo en el sector se reduzca.
“Esto se debe a la
bajas ventas de vivienda que se vienen dando desde el año pasado, lo cual
determinará una baja actividad residencial en los próximos meses. De hecho, por
la caída del sector inmobiliario, el cual es intensivo en mano de obra, y el
impacto rezagado que tiene la menor dinámica del PIB de este año sobre el
mercado laboral, se espera un menor incremento del empleo nacional en 2024”,
aseguró Hernández.
Así las cosas, podría
presentarse un ligero aumento de la tasa de desempleo, una menor dinámica de
los salarios y un deterioro de la calidad del empleo (reducción de la tasa de
formalidad) en 2024, lo cual restringirá el repunte del consumo de los hogares.
Específicamente, según BBVA Research, el crecimiento anual del empleo, al final
del año, pasará de 3,6% este año a 0,9% en 2024. Y la tasa de desempleo subirá
de 10,0% al terminar 2023 al 10,9% en diciembre de 2024.
Entre los retos que
plantea el informe para que la economía vaya por una buena senda de crecimiento
están: reforzar las inversiones privadas y públicas en el sector agropecuario,
un rubro con un gran potencial de liderar la recuperación, y echar mano de los
sectores contracíclicos que fueron exitosos para impulsar la recuperación
económica en el pasado: vivienda e infraestructura.
“Además, no se pueden
olvidar las inversiones que garantizan un mejor futuro, las cuales no tienen un
dividendo inmediato, pero garantizan el avance del capital humano en unos años:
educación, salud y protección social de los colombianos, con énfasis en el
fortalecimiento de las oportunidades de las clases más vulnerables”, explicó
Téllez.