A diferencia de los demás deportes, la Fórmula 1 se caracteriza porque no solamente mueve millones de dólares en cada temporada, en el 2006 registró ganancias cercanas a los 5.330 millones de dólares, sino por la constante relación que tiene sus equipos con el desarrollo de nuevas e innovadoras tecnologías que son las que dan las pautas para que sus resultados sean buenos o malos.
De los cerca de 4.060 millones de dólares que invirtieron todas las escuderías para que sus carros pudieran competir en las 17 carreras que se realizan alrededor del mundo en el 2007, las tecnologías de la información, la informática y la electrónica acapararon el principal presupuesto. “La inversión en investigación y desarrollo de estas tecnologías representan la mitad del presupuesto de una escudería”, afirma el director de operaciones del equipo Williams-Toyota, Alex Burns.
Gran parte del presupuesto está destinado para trabajar en la aerodinámica, que es uno de los aspectos que más preocupa a las escuderías puesto que de ella dependen que sean más o menos competitivos. La aerodinámica consiste en el equilibrio que existe entre una buena penetración de aire y la poca distancia que haya entre el carro y el suelo. Incluso, los expertos consideran que es más importante que el mismo motor, neumáticos o los sistemas de frenado que utilizan los diferentes carros que participan en la Gran Carpa del automovilismo.
“La aerodinámica ha ido ganando importancia de forma progresiva en los últimos años y en la actualidad es responsable de aproximadamente tres cuartas partes del rendimiento de un coche de Formula 1”, asevera Burns.
En este sentido, Williams, escudería donde corrió el colombiano Juan Pablo Montoya, viene implementando un nuevo superordenador creado por Lenovo, el tercer productor de PC más grande del mundo, que recrea un túnel de viento virtual en donde se simulan y se realizan estudios de numerosas variables geométricas, situaciones de carreras, turbulencia de las ruedas y estado de las superficie de las pistas. De esta manera se puede analizar el error que se tiene que ajustar en una curva o en una recta para mejorar el equilibrio de las fuerzas que actúan en la aerodinámica en cada carrera.
La escudería no solamente se está apoyando en la tecnología que aporta este nuevo supercomputador de Lenovo para mejorar el diseño aerodinámico de los carros sino para tener una arquitectura mucho más precisa del prototipo, permitiéndole un mejor desempeño y desplazamiento en los diferentes circuitos de las carreras. “El enorme incremento de potencia aportado por el superordenador de Lenovo nos permitirá realizar las mismas tareas que hacemos hoy en la cuarta parte del tiempo”, puntualiza Burns.
Con el nuevo sistema se ayuda a reducir costos y se colabora para mejorar la precisión de las simulaciones y eliminar las necesidades de construir modelos físicos de prototipos de partes del vehículo, tradicionalmente usados para hacer las pruebas.
Junto con la aerodinámica, la informática hace parte esencial para que un monoplaza de la Fórmula 1 tenga éxito. Para Burns “la informática desempeña un papel importante a la hora de determinar nuestra competitividad en cada uno de los circuitos que visitamos”.
Por ejemplo, Williams utiliza más de 300 equipos informáticos de Lenovo donde se recoge las variables de rendimiento del carro, el registro de la caja de cambios, la presión y temperatura del aceite, el agua y la aceleración antes, durante y después de cada carrera. Incluso se “podrían colocar sensores en el piloto para recoger datos sobre su estado, como pulsaciones u otras constantes, pero no lo hacemos porque es una información que no nos sirve, porque no podríamos reaccionar inmediatamente en plena carrera”, concluye Burns.
De esta manera, la tecnología demuestra que la Fórmula 1 es un deporte en donde uno de los principales factores para tener una base exitosa y alcanzar triunfos son los recursos económicos y el conocimiento tecnológico que pueda desarrollar cada escudería.
De los cerca de 4.060 millones de dólares que invirtieron todas las escuderías para que sus carros pudieran competir en las 17 carreras que se realizan alrededor del mundo en el 2007, las tecnologías de la información, la informática y la electrónica acapararon el principal presupuesto. “La inversión en investigación y desarrollo de estas tecnologías representan la mitad del presupuesto de una escudería”, afirma el director de operaciones del equipo Williams-Toyota, Alex Burns.
Gran parte del presupuesto está destinado para trabajar en la aerodinámica, que es uno de los aspectos que más preocupa a las escuderías puesto que de ella dependen que sean más o menos competitivos. La aerodinámica consiste en el equilibrio que existe entre una buena penetración de aire y la poca distancia que haya entre el carro y el suelo. Incluso, los expertos consideran que es más importante que el mismo motor, neumáticos o los sistemas de frenado que utilizan los diferentes carros que participan en la Gran Carpa del automovilismo.
“La aerodinámica ha ido ganando importancia de forma progresiva en los últimos años y en la actualidad es responsable de aproximadamente tres cuartas partes del rendimiento de un coche de Formula 1”, asevera Burns.
En este sentido, Williams, escudería donde corrió el colombiano Juan Pablo Montoya, viene implementando un nuevo superordenador creado por Lenovo, el tercer productor de PC más grande del mundo, que recrea un túnel de viento virtual en donde se simulan y se realizan estudios de numerosas variables geométricas, situaciones de carreras, turbulencia de las ruedas y estado de las superficie de las pistas. De esta manera se puede analizar el error que se tiene que ajustar en una curva o en una recta para mejorar el equilibrio de las fuerzas que actúan en la aerodinámica en cada carrera.
La escudería no solamente se está apoyando en la tecnología que aporta este nuevo supercomputador de Lenovo para mejorar el diseño aerodinámico de los carros sino para tener una arquitectura mucho más precisa del prototipo, permitiéndole un mejor desempeño y desplazamiento en los diferentes circuitos de las carreras. “El enorme incremento de potencia aportado por el superordenador de Lenovo nos permitirá realizar las mismas tareas que hacemos hoy en la cuarta parte del tiempo”, puntualiza Burns.
Con el nuevo sistema se ayuda a reducir costos y se colabora para mejorar la precisión de las simulaciones y eliminar las necesidades de construir modelos físicos de prototipos de partes del vehículo, tradicionalmente usados para hacer las pruebas.
Junto con la aerodinámica, la informática hace parte esencial para que un monoplaza de la Fórmula 1 tenga éxito. Para Burns “la informática desempeña un papel importante a la hora de determinar nuestra competitividad en cada uno de los circuitos que visitamos”.
Por ejemplo, Williams utiliza más de 300 equipos informáticos de Lenovo donde se recoge las variables de rendimiento del carro, el registro de la caja de cambios, la presión y temperatura del aceite, el agua y la aceleración antes, durante y después de cada carrera. Incluso se “podrían colocar sensores en el piloto para recoger datos sobre su estado, como pulsaciones u otras constantes, pero no lo hacemos porque es una información que no nos sirve, porque no podríamos reaccionar inmediatamente en plena carrera”, concluye Burns.
De esta manera, la tecnología demuestra que la Fórmula 1 es un deporte en donde uno de los principales factores para tener una base exitosa y alcanzar triunfos son los recursos económicos y el conocimiento tecnológico que pueda desarrollar cada escudería.