Por William Díaz Tafur
Quién no recuerda las historietas clásicas de héroes cómo Spiderman, Batman, Superman y los X Men, o las viñetas de Mafalda, El Fantasma u Olafo que salen en los diarios. Estos “sucesos dibujados”, a lo largo del tiempo, han reflejado las tendencias políticas y sociales, e incluso los debates morales o las complejidades internas humanas de los personajes, como en el caso de El Hombre Araña.
Quién no recuerda las historietas clásicas de héroes cómo Spiderman, Batman, Superman y los X Men, o las viñetas de Mafalda, El Fantasma u Olafo que salen en los diarios. Estos “sucesos dibujados”, a lo largo del tiempo, han reflejado las tendencias políticas y sociales, e incluso los debates morales o las complejidades internas humanas de los personajes, como en el caso de El Hombre Araña.
Tiras cómicas hay para niños y adultos, las hay simplemente divertidas, las que reflejan una dura situación o las que tratan de enseñar algo.
Muchas generaciones han crecido viéndolas desde que empezaron a salir a en diarios a finales del siglo XIX, o desde que se crearon las revistas de Cómics en la década del treinta.
En Colombia, mucha gente las ha leído porque siente fascinación por suspersonajes y para pasar su tiempo libre. Pero, ¿será que las historietas también deben cumplir una función social? Es decir, ¿deben enseñar y aportar al crecimiento de la persona y la sociedad? Algunos expertos dieron su opinión sobre los aportes que dan o deberían dar el mundo las llamadas “tiras cómicas”.
Para Carlos Hernández, periodista del diario La República, las tiras cómicas son un medio de comunicación masivo, de impacto, que penetra a la comunidad a la que va dirigida. No solamente la población infantil gusta de este tipo de lecturas, puesto que hay mucha gente adulta que tiene entre sus preferencias a los cómics.
“Creo que los mensajes que se transmiten a través de este medio tienen un alto impacto entre quienes llega y creo que su misiva puede lograr el objetivo que se proponga, siempre y cuando este siempre bien diseñando, programado y elaborado para su público objetivo”.
Considera Hernández que lo que se trasmite puede llegar a ser beneficioso para la comunidad si se saben dar ideas positivas – aparte de divertir -, y se detalla al observar la vigencia que han tenido las tiras cómicas tanto con publicaciones en papel como en medios visuales como la televisión o Internet. Desde que se han creado han venido creciendo mucho en lecturabilidad entre el público y cada vez son más las personas que acuden a ellas para transmitir un mensaje positivo o negativo logrando que llegue, con cualquier resultado.
Por ello cree que las historietas también pueden cumplir una función social, dependiendo de a quién vaya dirigido este producto, pues son los niños los inmediatos lectores. Entonces, si la idea es fomentar un estilo de vida, una idea o creencia, se debe saber diseñar a qué público se dirigen las historias.
Igualmente, las tiras cómicas son un instrumento necesario para formar identidad cultural, no solo de un joven sino de cualquier persona, afirma María José Llanos, comunicadora social de Colombia, quien ha leído Cómics desde muy niña.
Los mensajes de las tiras cómicas pueden ser negativos o positivos, dependiendo de la educación que se haya recibido de los padres, que son quienes determinan a que tipos de medios deben tener alcance los niños o con que se deben involucrar. Cuando empieza la etapa de la adolescencia la persona es más independiente, con cierto criterio, y define entre sus gustos lo que le llama la atención, como las historietas de corte político, histórico, entretenimiento o el dibujo. Adicionalmente, la misiva de este producto es publicitaria, es decir, la idea que se quiere vender a través de sus dibujos o viñetas puede llegar y promover sentimientos, reacciones y gustos.
Esto significa que puede ser una imagen, por ejemplo, o cómo en la época de la guerra fría pude ser una propaganda política, cómo la que se daba en las imágenes del Capitán América o de la Mujer Maravilla, mensajes dirigidos a cierto público para despertarle el nacionalismo en el caso del continente americano.
También esta el caso de las historietas que se hacen por pura mística o investigación de sucesos criminales – Dick Tracy -, sin que necesariamente se aleje del concepto de divertir a la gente.
Por otra parte, para Hernández, en este medio hay un reflejo de la sociedad pasada, presente y, tal vez, futura. Cita como ejemplo a la exitosa serie de televisión de dibujos animados – que también tiene su publicación impresa – “Los Simpson”, que es el reflejo de una sociedad norteamericana que el común de la gente no conoce, que muestra una realidad y los resultados se ven, incluso, entre la clase media de Sudamérica.
Incluso la idea que viene implícita dentro de personajes como los X MEN o BATMAN tiene algo de subliminal, reflejando el contexto político y social de cada sociedad y al que tocaría entrar a detallar o analizar en cada caso, provocando que la gente actúe o piense de una forma determinada. En cuanto a la sociedad de consumo, a la medida que va evolucionando el producto va reflejando la realidad que se vive en ese momento, como el cine, la televisión o los periódicos, y que al igual que ellos ha ido evolucionando.
Llanos, por su parte, considera que hoy la tira cómica ha perdido mucho de su mística, pues ya no las hay tan “atrapadoras” y profundas, con medios como la televisión, Internet, los vídeo juegos o el cine que la han ido desplazándola. En otras palabras, ya no se ve tanto la idea romántica de los dibujos en papel, para tratarse otro tipo de temas en las nuevas tecnologías, enfocado mucho a la sociedad de consumo.
Incluso, dentro de lo subliminal de sus textos se muestra el triunfalismo y el súper heroísmo de muchos personajes que llegan a reflejar a algunas naciones.
Además, la periodista cree que la función social de las historietas debe ir más allá, es decir, deben hacer pensar, mostrar cosas positivas, o lo que sucede alrededor, como la idiosincracia del pueblo americano, entre otros, como sucede con Mafalda o Condorito, con la problemática del pueblo hispano parlante.
Las historias norteamericanas son más comerciales y su propaganda es de corte político, de cualquier avance que ellos hagan; mientras que la europea – como Asterix y Obelix, o Tintín -, se ocupa más de la historia.
Aunque el impacto en los jóvenes depende también del mensaje, Carlos Hernández cree que también pueden ser un medio de aprendizaje, de educación, para
toda persona y que “cada individuo decide que comportamiento o actitud va a tomar, gracias a la capacidad de discernir o a la educación recibida”. Agrega, así mismo, que los mensajes por si mismos no son negativos o positivos.
Desde el Punto de Vista de la Sicología
La sicóloga Nancy Martínez piensa que las historietas pueden cumplir diferentes funciones. Una de ellas, es divertir a los demás, pero también deben dar conocimiento y hacer modelamiento, es decir, servir de ejemplo a los demás de qué hacer o no mediante la parte divertida.
Pone el ejemplo de “Calvin & Hobbes, cuyo protagonista tiene un pensamiento mágico típico de la edad que representa y los problemas los resuelve mediante esa forma de pensar, mientras que los cómics violentos proponen la solución con los golpes y la agresión”, en otras palabras, dan un tipo de información sobre cómo solucionar los problemas y cómo son los demás individuos.
En cuanto a si la idea que se transmite es positiva o negativa, depende de algunos factores. Uno es la edad de la persona: en las etapas del desarrollo la edad es básica. En el desarrollo intelectual, el pensamiento de los niños entre 4 a 7 años puede ser afectado por las tiras cómicas, pues están aprendiendo, creciendo y es un periodo crítico de la vida, en el que viene cualquier información de la que se pueden apropiar - y que puede ser vital para su formación como persona - . Entonces, en el caso de loas Cómics – por ejemplo-, están aprendiendo del medio.
Más adelante, en términos de desarrollo intelectual está el factor de la educación, del juicio modal, los valores de la casa, entre otros.
Entre más grande la persona, hay más criterio. Por eso un niño pequeño puede creer que existen ciertos personajes. En este orden de ideas, es recomendable la lectura de acuerdo con la edad, o con la compañía de los padres o maestros, para entender ciertos mensajes y explicarles qué está bien o mal, mostrando cuál es el mensaje positivo. Agrega Martínez que todo esto también depende del ambiente familiar, del colegio o la inteligencia.
“Cuando ya hay un desarrollo intelectual saben que esos personajes no existen, y sirven par divertirse”.
Es por eso que esta sicóloga aseveró que las tiras cómicas deben cumplir una función social, como la televisión, la radio o los diarios: hay que enseñar, debe ser un medio educativo. En cada dibujo y texto se debe dar ejemplo social y de comportamiento, de una forma didáctica para que todos puedan aprender.
Adicionalmente, esta sicóloga cree que actualmente las historietas no reflejan tanto la sociedad, la política o las ideologías como en los años 40 o en los sesenta. No como lo hacía Quino con Mafalda, con la sociedad Latinoamérica de fondo, que era más dirigida a los adultos.
Muchas generaciones han crecido viéndolas desde que empezaron a salir a en diarios a finales del siglo XIX, o desde que se crearon las revistas de Cómics en la década del treinta.
En Colombia, mucha gente las ha leído porque siente fascinación por suspersonajes y para pasar su tiempo libre. Pero, ¿será que las historietas también deben cumplir una función social? Es decir, ¿deben enseñar y aportar al crecimiento de la persona y la sociedad? Algunos expertos dieron su opinión sobre los aportes que dan o deberían dar el mundo las llamadas “tiras cómicas”.
Para Carlos Hernández, periodista del diario La República, las tiras cómicas son un medio de comunicación masivo, de impacto, que penetra a la comunidad a la que va dirigida. No solamente la población infantil gusta de este tipo de lecturas, puesto que hay mucha gente adulta que tiene entre sus preferencias a los cómics.
“Creo que los mensajes que se transmiten a través de este medio tienen un alto impacto entre quienes llega y creo que su misiva puede lograr el objetivo que se proponga, siempre y cuando este siempre bien diseñando, programado y elaborado para su público objetivo”.
Considera Hernández que lo que se trasmite puede llegar a ser beneficioso para la comunidad si se saben dar ideas positivas – aparte de divertir -, y se detalla al observar la vigencia que han tenido las tiras cómicas tanto con publicaciones en papel como en medios visuales como la televisión o Internet. Desde que se han creado han venido creciendo mucho en lecturabilidad entre el público y cada vez son más las personas que acuden a ellas para transmitir un mensaje positivo o negativo logrando que llegue, con cualquier resultado.
Por ello cree que las historietas también pueden cumplir una función social, dependiendo de a quién vaya dirigido este producto, pues son los niños los inmediatos lectores. Entonces, si la idea es fomentar un estilo de vida, una idea o creencia, se debe saber diseñar a qué público se dirigen las historias.
Igualmente, las tiras cómicas son un instrumento necesario para formar identidad cultural, no solo de un joven sino de cualquier persona, afirma María José Llanos, comunicadora social de Colombia, quien ha leído Cómics desde muy niña.
Los mensajes de las tiras cómicas pueden ser negativos o positivos, dependiendo de la educación que se haya recibido de los padres, que son quienes determinan a que tipos de medios deben tener alcance los niños o con que se deben involucrar. Cuando empieza la etapa de la adolescencia la persona es más independiente, con cierto criterio, y define entre sus gustos lo que le llama la atención, como las historietas de corte político, histórico, entretenimiento o el dibujo. Adicionalmente, la misiva de este producto es publicitaria, es decir, la idea que se quiere vender a través de sus dibujos o viñetas puede llegar y promover sentimientos, reacciones y gustos.
Esto significa que puede ser una imagen, por ejemplo, o cómo en la época de la guerra fría pude ser una propaganda política, cómo la que se daba en las imágenes del Capitán América o de la Mujer Maravilla, mensajes dirigidos a cierto público para despertarle el nacionalismo en el caso del continente americano.
También esta el caso de las historietas que se hacen por pura mística o investigación de sucesos criminales – Dick Tracy -, sin que necesariamente se aleje del concepto de divertir a la gente.
Por otra parte, para Hernández, en este medio hay un reflejo de la sociedad pasada, presente y, tal vez, futura. Cita como ejemplo a la exitosa serie de televisión de dibujos animados – que también tiene su publicación impresa – “Los Simpson”, que es el reflejo de una sociedad norteamericana que el común de la gente no conoce, que muestra una realidad y los resultados se ven, incluso, entre la clase media de Sudamérica.
Incluso la idea que viene implícita dentro de personajes como los X MEN o BATMAN tiene algo de subliminal, reflejando el contexto político y social de cada sociedad y al que tocaría entrar a detallar o analizar en cada caso, provocando que la gente actúe o piense de una forma determinada. En cuanto a la sociedad de consumo, a la medida que va evolucionando el producto va reflejando la realidad que se vive en ese momento, como el cine, la televisión o los periódicos, y que al igual que ellos ha ido evolucionando.
Llanos, por su parte, considera que hoy la tira cómica ha perdido mucho de su mística, pues ya no las hay tan “atrapadoras” y profundas, con medios como la televisión, Internet, los vídeo juegos o el cine que la han ido desplazándola. En otras palabras, ya no se ve tanto la idea romántica de los dibujos en papel, para tratarse otro tipo de temas en las nuevas tecnologías, enfocado mucho a la sociedad de consumo.
Incluso, dentro de lo subliminal de sus textos se muestra el triunfalismo y el súper heroísmo de muchos personajes que llegan a reflejar a algunas naciones.
Además, la periodista cree que la función social de las historietas debe ir más allá, es decir, deben hacer pensar, mostrar cosas positivas, o lo que sucede alrededor, como la idiosincracia del pueblo americano, entre otros, como sucede con Mafalda o Condorito, con la problemática del pueblo hispano parlante.
Las historias norteamericanas son más comerciales y su propaganda es de corte político, de cualquier avance que ellos hagan; mientras que la europea – como Asterix y Obelix, o Tintín -, se ocupa más de la historia.
Aunque el impacto en los jóvenes depende también del mensaje, Carlos Hernández cree que también pueden ser un medio de aprendizaje, de educación, para
toda persona y que “cada individuo decide que comportamiento o actitud va a tomar, gracias a la capacidad de discernir o a la educación recibida”. Agrega, así mismo, que los mensajes por si mismos no son negativos o positivos.
Desde el Punto de Vista de la Sicología
La sicóloga Nancy Martínez piensa que las historietas pueden cumplir diferentes funciones. Una de ellas, es divertir a los demás, pero también deben dar conocimiento y hacer modelamiento, es decir, servir de ejemplo a los demás de qué hacer o no mediante la parte divertida.
Pone el ejemplo de “Calvin & Hobbes, cuyo protagonista tiene un pensamiento mágico típico de la edad que representa y los problemas los resuelve mediante esa forma de pensar, mientras que los cómics violentos proponen la solución con los golpes y la agresión”, en otras palabras, dan un tipo de información sobre cómo solucionar los problemas y cómo son los demás individuos.
En cuanto a si la idea que se transmite es positiva o negativa, depende de algunos factores. Uno es la edad de la persona: en las etapas del desarrollo la edad es básica. En el desarrollo intelectual, el pensamiento de los niños entre 4 a 7 años puede ser afectado por las tiras cómicas, pues están aprendiendo, creciendo y es un periodo crítico de la vida, en el que viene cualquier información de la que se pueden apropiar - y que puede ser vital para su formación como persona - . Entonces, en el caso de loas Cómics – por ejemplo-, están aprendiendo del medio.
Más adelante, en términos de desarrollo intelectual está el factor de la educación, del juicio modal, los valores de la casa, entre otros.
Entre más grande la persona, hay más criterio. Por eso un niño pequeño puede creer que existen ciertos personajes. En este orden de ideas, es recomendable la lectura de acuerdo con la edad, o con la compañía de los padres o maestros, para entender ciertos mensajes y explicarles qué está bien o mal, mostrando cuál es el mensaje positivo. Agrega Martínez que todo esto también depende del ambiente familiar, del colegio o la inteligencia.
“Cuando ya hay un desarrollo intelectual saben que esos personajes no existen, y sirven par divertirse”.
Es por eso que esta sicóloga aseveró que las tiras cómicas deben cumplir una función social, como la televisión, la radio o los diarios: hay que enseñar, debe ser un medio educativo. En cada dibujo y texto se debe dar ejemplo social y de comportamiento, de una forma didáctica para que todos puedan aprender.
Adicionalmente, esta sicóloga cree que actualmente las historietas no reflejan tanto la sociedad, la política o las ideologías como en los años 40 o en los sesenta. No como lo hacía Quino con Mafalda, con la sociedad Latinoamérica de fondo, que era más dirigida a los adultos.