En
los reportajes realizados en medios masivos de comunicación, el Ministerio de
Educación solo habla de la educación superior y de la importancia que esta
tiene en el país. Como si fuera poco, las noticias solo hacen referencia
a programas como Ser Pilo Paga y a los créditos que brinda el Icetex para
cursar pregrados, pero ¿qué pasa con las personas que no se benefician de
ninguno de estos programas y no pueden costear los 50 millones de pesos que
aproximadamente cuesta una carrera de diez semestres?
Esto,
sin tener en cuenta que para ir a la universidad hay que gastar dinero en
transporte, alimentación, material de estudio, entre otras cosas.
Como
se ha visto, este tema no ha sido relevante para el Gobierno Nacional, que
debería enfocar sus esfuerzos en fomentar la formación técnica laboral, que es
una gran oportunidad para el sector productivo y para todos los Colombianos de
estratos 1, 2, 3 y 4; la mejor opción para iniciar la vida profesional y
laboral, ya que en un año se puede cursar un programa técnico laboral por
competencias con una baja inversión, equivalente al costo de un semestre en una
universidad promedio.
Tener
la opción de contrato de aprendizaje es para el egresado la oportunidad de
trabajar directamente en lo que estudió, conociendo sus debilidades,
fortalezas, permitiéndole saber en menos de año y medio si escogió bien su
carrera. Mientras que si accede a un programa de educación superior y,
lastimosamente, en el camino se da cuenta que tomó mal su decisión, las
pérdidas son aún mayores, principalmente, a nivel económico.
En
otras palabras, la educación técnica laboral permite que los jóvenes, recién
egresados, puedan tener un contacto más rápido con el entorno laboral, que a su
vez les sirve de experiencia para escalar tanto en su trabajo como a
nivel estudiantil y es hora de que la institucionalidad, la empresa privada,
los colegios, rompamos con todos los prejuicios que hay en su contra y la
apoyemos.
Como
Corporación CICCE hemos participado en ferias en algunos colegios que
amablemente nos han invitado y en diferentes eventos y es sorprendente ver lo
desconocida que es la educación técnica laboral para los jóvenes. Ellos
desconocen que es educación formal, que también es legal, que cuenta con
reconocimiento por el Ministerio de Educación, mediante las secretarias de
educación locales, y que es fundamental que es para incrementar la
productividad del país.
Analicemos
la pirámide organizacional. ¿Acaso, solo se reciben egresados universitarios en
todas las posiciones de la estructura funcional de una empresa? Por supuesto
que no.
Ante
esto hay que reaccionar y hablar sobre la realidad del país. Ni Colombia ni
ningún otro país soporta el 100% de egresados de la educación superior. Es muy
frustrante para una egresado que ha invertido cinco años de su vida o más para
sacar adelante una carrera, invirtiendo aproximadamente 70 millones de pesos,
que le ofrezcan un salario de $1.200.000 cuando se gradúa, porqué:
- No
tiene experiencia laboral.
-
No hay cama para tanto profesional.
-
Las empresas no soportan una carga laboral de solo egresados universitarios.
-
Las expectativas salariales de un egresado universitario son altas por su alta
inversión en tiempo y dinero.
Hay
que ser realistas. Se debe promocionar la educación técnica laboral como lo que
es: una gran oportunidad y una solución para muchos aspectos de la economía
nacional como por ejemplo, mover social y económicamente a la población de
los estratos más bajos, mejorar la productividad de los sectores económicos y atacar
de frente el desempleo.
Existen
fundaciones maravillosas como Pies Descalzos que trabajan arduamente por la
educación inicial, básica y media, brindando educación de calidad a los niños
más necesitados con la misma premisa que cuenta nuestra corporación CICCE: la
educación de calidad es una estrategia capaz de mover socialmente a las
personas de la pobreza.
Sería
interesante aunar voluntades para demostrar que los programas técnicos
laborales complementan esa verdad absoluta siendo la oportunidad de articularlas
para que todos los jóvenes tengan opciones de aprender un oficio, una
actividad, una competencia con la que pueda no solo sobrevivir si no generar un
estilo de vida digno para el y su familia.
Desde
la Corporación CICCE seguiremos con toda la energía trabajando por romper este
paradigma y velar en pro de la educación técnica laboral de calidad en
Colombia.