miércoles, diciembre 19, 2018

Primero las personas, segundo la tecnología: la inteligencia artificial debe construirse sobre una base ética


La inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) ya está impactando a nuestra sociedad, tanto en la forma en que consumimos noticias y planificamos nuestro día, como en la forma en que compramos e interactuamos con nuestra familia, amigos y colegas. Pero dentro de dos décadas, ¿cómo será nuestro mundo? ¿Y cómo nos aseguraremos de que los sistemas de AI se diseñen y utilicen de manera responsable? 
Estamos aún en las etapas iniciales de comprender de qué serán capaces los sistemas de AI. Lo que sabemos hoy en día es que, más allá de afectar nuestra vida personal, AI permitirá avances innovadores en muchas industrias. La habilidad y calidad de la inteligencia artificial depende de la información de la cual aprende. Por lo tanto, saber cómo usarla para resolver un problema es tan importante como saber cuándo (y por qué) no usarla, y eso sólo se logra después de muchos años de experimentación.
La AI brinda innumerables posibilidades a las personas para ampliar sus capacidad y ayudarlas a lograr más. Sin embargo, también es importante construir una base ética para guiar el desarrollo interdisciplinario y el uso de la misma. A medida que esta tecnología se vuelve más sofisticada y comienza a jugar un papel más importante en la sociedad, es imperativo que las compañías desarrollen y adopten principios claros que guíen su uso, evitando así que se formen sesgos.
Microsoft, por ejemplo, ha desarrollado un comité asesor interno para ayudar a garantizar que los productos cumplan con principios de equidad, confiabilidad y seguridad, privacidad y seguridad, inclusión, transparencia y responsabilidad. Estos principios ayudarán a asegurar que las herramientas y servicios de AI creados en Microsoft ayuden a la humanidad a aumentar sus capacidades.
Microsoft también es uno de los cofundadores de la "Asociación para AI", una organización creada para proporcionar una plataforma abierta e inclusiva para la discusión sobre AI y su futuro ético. Esta tecnología debe maximizar las eficiencias sin destruir la dignidad de las personas.
Si bien la AI ayudará a resolver grandes problemas sociales, es necesario mirar hacia el futuro con ojo crítico. Habrá desafíos, así como oportunidades, por lo que es crucial para el futuro de la sociedad que los sistemas de AI se vuelvan más convencionales, que los técnicos trabajen estrechamente con el gobierno, la academia, las empresas, la sociedad civil y otras partes interesadas para llegar a un consenso sobre qué valores deberían gobernar en el desarrollo y uso de esta tecnología
La inteligencia artificial y la nube están transformando nuestro mundo. Ya estamos viendo sus beneficios con diferentes soluciones como Microsoft Translator, Seeing AI, Cortana, Bing y Office 365, solo por nombrar algunas. Recién estamos comenzando a vislumbrar las posibilidades de lo que las personas y la AI pueden lograr juntas. Como sociedad, necesitamos actuar con un sentido de responsabilidad compartida porque la inteligencia artificial no será creada solo por el sector tecnológico: ¡la inteligencia artificial del mañana depende de todos nosotros y de la base ética que creamos a su alrededor!